Única parte

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Un estruendo sonó al Teach impactar contra una de las cajas que estaban en la cubierta. Marco iba hacia él con una mirada salvaje que indicaba estar fuera de sí.

Iba a golpearlo hasta que suplique. Hasta que sangre. Hasta romperle los huesos. Hasta que muera.

Los demás que estaban en la cubierta veían como el comandante de la primera división se acercaba peligrosamente al pelinegro, y bueno, no podían quedarse como si nada mientras uno de sus Nakamas golpeaba a otro.

Vinieron muchos a detener a Marco agarrando sus brazos con mucha fuerza, pues el rubio no daba señales de querer quedarse quieto, más bien, quería quitarse a todos de encima para seguir golpeándole. Mientras tanto, otros Nakamas estaban ayudando a levantar al herido.

—¡MARCO! —gritaban mientras lo agarraban cada vez más fuerte. Sin embargo, Marco no los escuchaba, lo único que oía era venganza. Sangre. Muerte.

—MARCO, ¡BASTA!

Otra vez gritaron, las personas se amontonaban cada vez más en la cubierta intentando calmar al rubio y detenerlo.

Pero claro estaba. No se iba a detener.

—¡Oye, Marco! —le llamó uno de sus hermanos de tripulación. —¿te importaría llevarle esto a Thatch? —preguntó recibiendo un asentimiento de parte del rubio, quien recibió las cosas sin problema. —Gracias.

Marco volvió a asentir en una señal de que no había problema antes de comenzar a buscar al comandante.

Pasaba por los pasillos del Moby hasta escuchar unos murmullos de un cuarto.

Y como la curiosidad mató al gato...

Las cosas que tenía en las manos se cayeron al suelo, rompiéndose algunas por el impacto. Su mirada había cambiado a una perpleja que pronto volvió a cambiar a una furiosa. Apretó los puños haciendo que sus nudillos se empezaran a tornar blancos. Irradiaba fuego.

—¡M-Marco! —exclamó el hombre asustado al ver al comandante de la primera división ahí mientras se acomodaba los pantalones. Estaba en serios problemas. —N-No es lo que piensas, ¡l-lo ju-juro! —tartamudeó.

¿Cómo mierda no era lo que pensaba cuando literalmente estaba a punto de follar a su novio?

—Mierda... —murmuró notando que el pecoso no se movía. —¡¿qué le hiciste?! —gritó con rabia corriendo hacia el segundo comandante. Si planeaba huir, mejor hacerlo ahora.

Ya al lado de su novio, quien estaba tumbado en el piso, empezó a revisarlo.

—¿Ace? —susurró con notable preocupación al notar que le habían drogado.

—M-Marc-. —intentó hablar, pero el rubio no le dejó.

—¡CÁLLATE! —gritó con desprecio. Teach se calló al instante. —Eres un ser despreciable. —susurró asegurándose de que el moreno le escuche.

Arregló la ropa del pecoso dejándolo con cuidado en una esquina del cuarto para luego dirigir su mirada furiosa al hombre detrás de él.

—¡MALDITO IMBÉCIL! —gritó con rabia. —¡TE QUISISTE APROVECHAR DE ÉL! —volvió a gritar, confundiendo a los tripulantes ante sus palabras provocando que aflojaran el agarre. Y aprovechando esta oportunidad se soltó dirigiéndose al hombre y lo tumbó golpeándolo cada vez más y más fuerte.

Lo volvieron a separar intentando desesperada e inútilmente que se calmara, ya que el rubio estaba cegado por la ira.

Ya ni siquiera sabían si ese tipo era Marco o no.

Rabia. || MarAce || O. P.Where stories live. Discover now