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La mañana comenzó como cualquier otra. La tranquilidad reinaba en su pequeño hogar, el bullicio de la cuidad era aún inexistente y los rayos de luz apenas se hacían presentes.

Ambas tomaron asiento en los extremos opuestos de la mesa. Enid se sentó en su lugar, con un tazón de cereal listo para ser devorado. Frente a ella, su esposa, quien tomaba un sorbo de la primera de muchas tazas de café qué tomaría ese día.

Todo estaba como debía estar, siendo el mismo patrón de siempre. Nada podría arruinar la tranquilidad del momento.

──¿Y si tuviéramos un hijo?

Wednesday resopló café por la nariz, tosiendo y farfullando poco después. Inmediatamente, Enid se levantó de su asiento presa del pánico para asistir a su esposa.

──¿Estas bien? ──preguntó, dando leves golpes en su espalda.

──Tu... no puedes. ──Wednesday tosió una cuantas veces antes de poder terminar la frase──.¡No puedes simplemente decir eso así de la nada!

──Perdóname, no era mi intención.

──Está bien. Solo... ──se aclaró la garganta una última vez──. Solo podrías darme una advertencia la próxima vez, ¿quieres?

──Bien. Pero, ¿qué opinas? ──cuestionó mientras tomaba asiento en su lugar de nuevo.

──¿Acerca de?

──Agrandar la familia.

Wednesday tomo nuevamente su taza de café para darle un sorbo grande antes de responder.

──Bueno, creo que no es el momento adecuado para hablar de ello ──explicó, evitando la mirada de su esposa──. Entonces, podríamos hablar de esto en cualquier otro momento, ¿no crees?

──Claro. No hay problema, cariño ──Enid estuvo de acuerdo, pero no estaba muy segura.

──¡Perfecto! ─Wednesday tomo lo último que quedaba de su de café y se levantó lista para comenzar el día──. Te amo, mio sole ──deposito un corto beso sobre los labios de su esposa.

──Te amo más.

[ 🍼 ]

──Entonces, ¿qué tal el nuevo libro? ──Enid pregunto mientras tomaba asiento en uno de los sofás de la habitación.

──De maravilla ──dijo Wednesday, sin levantar la vista de su maquina de escribir──. Unas cuantas páginas más y debería estar listo para ser publicado.

──Eso es genial, cariño. Con suerte esta vez no posponen la fecha de lanzamiento.

──Uno puede soñar.

Y allí se mantuvieron en otro momento tranquilo. Con el sonido de la maquina de escribir de fondo.

Después de unos minutos, Enid se atrevió a hablar──. ¿Lo pensaste?

──¿Pensar qué?

──Tener hijos.

El golpeteo de las teclas se detuvo abruptamente. Wednesday se congeló sobre su asiento, olvidando por completo todo a su alrededor. Levanto su vista, solo para mirar a Enid sin expresión alguna.

──Lo he pensado ──murmuró, retomando la escritura.

──¿Y bien? ──preguntó tratando de ocultar su evidente emoción──. ¿Qué opinas?

Wednesday soltó un suspiro deteniéndose otra vez──. ¿De dónde viene eso? ──cuestionó.

Enid ladeó la cabeza como un cachorro confundió──. ¿Qué quieres decir? Te he contado de mi deseo por tener hijos desde la academia.

──Si, pero ¿Por qué ahora?

──Bueno... ──Enid jugueteó con sus pulgares pensativa──. Creo que es el momento adecuado para agrandar la familia. Quiero decir, no tiene porque ser pronto, puede ser dentro de unas semanas o unos meses. Pero, mira a nuestro alrededor; tu con la editorial, yo con la academia, creo ganamos lo suficiente para permitirnos agrandar la familia. Además, me gustaría hacerlo antes de los treintas, quizás así podamos tener uno o más hijo.

Wednesday soltó un gran suspiró observando la taza qué reposaba sobre su escritorio.

──Tenemos veintiséis años, Wends, el tiempo se nos acaba. ¿Por qué no ahora?

Wednesday se sentó en silencio, reflexionando durante un minuto o dos antes de sonreír a Enid mientras se levantaba de su asiento para poder acercarse a ella. Se arrodilló frente a ella y tomo vacilante entre sus manos una de las manos de su esposa.

──¿Qué tal si vamos a dormir? ──dijo la vidente con dulzura──. He estado un tanto estresada últimamente, pero estoy segura de que tendré una respuesta directa para ti si me permites pensarlo con calma.

──Claro ──respondió usando el mismo tono──. Como dije, no tiene que ser pronto.

¿Si tuviéramos un hijo? [Wenclair] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora