Historias de una melodía

Corazón vacío

Nota de autora: El nombre del capítulo, es el mismo que el de la canción, sin embargo no siempre pasará lo mismo, los nombres pueden variar, pero "Corazón vacío" me pareció un buen título para esta historia.

La historia no guarda ninguna relación con el video, pero podrán ver la interpretación de una misma canción desde diferentes puntos de vista, sin más que añadir, espero que disfruten la lectura😉.

  Abro los ojos lentamente, sintiendo todavía la dorga del analgésico que me había tomado para el dolor de cabeza. Me siento en la cama y froto mis ojos.

  Una luz verde en mi teléfono me indica que me han llamado, con pereza estiro el brazo y tomo el celular entre mis manos, lo enciendo y me quedo extrañada al ver la hora, miro hacia el otro lado de mi cama y está vacío.

  Vuelvo a mirar el celular y me percato de que son varias llamadas perdidas, todas de Luis, mi novio. Mi corazón se acelera al instante, mi mente poniéndose en los peores escenarios, cada uno peor que el anterior. Devuelvo la llamada y espero con impaciencia. Al cuarto timbre descuelga y suelto un suspiro de alivio.

  —¡Luis! Oh gracias a Dios que...

  —No es Luis —dice una voz de chica, interrumpiéndome —.Luis ya no va a volver. —Su tono es frío mientras sus palabras se hunden en mi pecho como hojas de navaja afiladas.

  —¿Quién eres? —pregunto con voz quebrada.

  —Eso no importa, ya tu tiempo pasó, Luis es mío ahora, no llames, no molestes, dejános ser felices —dice y cuelga.

  Las lágrimas comienzan a correr, bañando mi rostro. Aparto el teléfono, lo abrazo contra mi pecho y me hago un ovillo en la cama. Lloro desconsaladamente, porque me duele su traición, me duele lo ingenua que fui al creer en su palabras, en ese amor sincero que juraba tenerme. Mi corazón duele, se siente tan vacío; Luis lo había tomado entre sus manos y lo había pisoteado como si del suelo se tratase. Ahora ellos están juntos, riendo, disfrutando, él le está dando y diciendo a ella lo mismo que a mí, aunque quizás esta vez si es sincero.

  ¡Tonta Amelia, tonta!, me regaño a mí misma por mi estupidez y lloro con fuerza, dejando salir todo ese dolor y esa rabia que siento ahora mismo, pero con la promesa fija de que saldré de esta, de que no me quedaré una semana tirada en la cama sintiendo pena de mí misma y con la certeza de que lo haré, porque la única no me puede fallar soy yo.

  🎵🎵🎵

  Dos días después de haber recibido la noticia, llamo a mi mejor amiga, Claudia y después de contarle todo, y que ella jurara y prejurara que le iba a cortar el miembro viril a Luis y que iba a arrastrar a la zorra por toda la Plaza Mayor, comenzamos a hacer una enorme limpieza en mi casa, a la cual Claudia nombró como: "Desinfección de Luis".

  —Ese chico en un idiota —repite Clauda por decimonovena vez, mientras tira otro libro de Luis en una caja.

  —Clau, te entendí a la primera —le digo, tomando del clóset la camisa de vestir de Luis que más me gustaba. Aún olía a él.

  —Lo sé, pero es mi forma de desahogarme —comenta mirándome —. ¡Hey no! —Llega a mí en un santiamén y me arrebata la camisa de Luis —.Ni se te ocurra.

  —Lo siento, fue involuntario.

  —Tranquila. —Me besa en la frente y le sonrío en modo de agradecimiento.

  —Por cierto, puedes hacerme el favor de desagohagarte de otra forma.

  Los ojos de Claudia brillan con malicia y sé que una idea se le acaba de pasar por esa cabecita.