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Denji se hallaba recostado en el sofá, absorto en la contemplación de un programa de concursos que se emitía en la televisión

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Denji se hallaba recostado en el sofá, absorto en la contemplación de un programa de concursos que se emitía en la televisión. Si bien no era nada sobresaliente, constituía un alivio respecto a la pobre oferta televisiva de esa hora nocturna. El lugar estaba casi a oscuras completamente, la luz del televisor y la que entraba por las ventanas era lo único que lo iluminaba. Los huskies siberianos que cuidaba yacían plácidamente en el suelo del departamento, sumidos en un tranquilo sueño. Aunque los pasos del gato sobre el sofá eran audibles, el felino pronto se recostó también, y una serena calma se adueñó del ambiente. Sin embargo, el sonido de las llaves girando en la cerradura de la puerta del departamento rompió la quietud.

-Ya he llegado -anunció una voz femenina.

-¿Por qué tardaste tanto, Nayuta? -inquirió Denji mirando a la televisión.

Nayuta dejó una caja de pizza sobre la mesa de la cocina, ubicada junto a la entrada.

-El local de la promoción estaba algo lejos, y cuando llegué, había una cola larga para comprar con un montón de gente molesta -explicó.

Denji estaba por levantarse para encender las luces del departamento, pero Nayuta ya comenzaba a dividir una de las pizzas en la penumbra.

-No hace falta que enciendas la luz, la de la televisión es suficiente -le dijo Nayuta.

Denji siguió en el sofá y momentos después ella llegó con dos platos con pizza en mano. Denji recibió uno de ellos y lo puso sobre sus pantorrillas.

Nayuta se sentó a su lado; ahora era más alta que hace algunos meses atrás. Denji todavía no se había acostumbrado a su nueva apariencia, especialmente porque en la oscuridad su cabello marrón parecía tener matices rojizos. Preferiría que el cabello de Nayuta como antes fuera completamente negro; no quería que cada vez que la mirara su mente le trajera recuerdos del pasado. Tampoco ayudaba que su rostro y su corte de pelo se asemejaran al de lo que él consideraba el amor de su vida. Prefería no pensar en eso, pero en ocasiones como esta, no podía evitar quedarse mirando a Nayuta. Sus ojos dorados eran hipnotizantes, similares a los de ella, a los de Makima.

A Nayuta no le importaba, al menos al principio, que Denji la observara en silencio de vez en cuando; eran momentos breves y esporádicos. Sin embargo, últimamente se habían vuelto más habituales, y siempre ocurrían durante la noche mientras veían televisión. Era como si Denji esperara a que ella se concentrara en la pantalla para poder aprovechar la oportunidad. Esta vez, la había mirado durante mucho tiempo, lo que hizo que Nayuta no pudiera ignorarlo. Pero, ¿qué podía decirle a Denji? Podría preguntarle directamente por qué lo hacía o insinuar si le gustaba ver su rostro o incluso algo más atrevido. ¿Acaso te gusto Denji, o es que mi cara te resulta más divertida que la televisión? Sin embargo, sabía que eso podría ponerlos en una situación de incomodidad después, por lo que decidió no ser tan pícara y ser más seria en su pregunta.

Conflicto de intereses NayutaWhere stories live. Discover now