Capítulo 13

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Michelle Duvessa

Paramos en una gasolinera solo nos faltaba una hora y media para llegar a Los Angeles, me sentía muy incomoda, asi que sali a comprar cualquier cosa, para no verle la cara a mi compañero de viaje. Sin embargo, Thomas hacia su mejor esfuerzo para hablar conmigo.

Yo era la única que no se preocupo por su ropa, Clarisse lleva un vestido corto rosa, la falda del vestido tiene unas pequeñas flores amarillas bordadas tambien tiene unos lentes de sol, es muy colorido para mi gusto. Ada tiene un short color azul marino con un top azul celeste y unas zapatillas blancas. Mi hermano tiene su típica playera blanca con sus shorts negros. Thomas iba todo de negro. Evan tenía una playera floral y un pantalón caqui. En cambio, yo iba vestida como un chico y venía con el cabello amarrado a un moño mal hecho.

Eso es un estilaso.

—Esto sonará loco —Amadeo comentó abriendo una bolsa de papitas—. Esto parece a las típicas películas de terror.

—No ayudas —respondí.

—Hay señal —Ada le mostró su teléfono.

—No hay que confiarnos, seguramente el dueño de esto está planeando como matarnos a todos —mi hermano se llevó una papita a la boca—. ¿Como creen que lo hará? ¿Nos descuartizará? ¿Nos comerá?

Mi hermano siempre ha sido fan de las películas de terror, no entiendo como no se asusta con esas escenas tan sangrientas y horrendas, a veces me pregunto como puede ser mi hermano.

—Si claro, nosotros huimos y te dejamos como sacrificio humano, si no dejas de parlotear —hablé irónicamente.

—Pero que amor —dijo Ada riéndose.

—Alessandra y Luca ya llegaron a Los Angeles —comenta Clarisse llegando a nosotros.

—Esos dos nos dejaron detrás por algo seguramente —digo.

Y era verdad, Alessandra negaba que le gustaba Luca pero todos sabemos que se muere por él. Esta última semana ha estado un poco distante pero no la culpo todos hemos tenido un pasado del cual no queremos seguir aferrados.

El que se aferra al pasado, se queda retrasado.

Y más allá de todo eso, pienso en el mío no quiero que nadie sepa lo que me paso, las chicas y mi familia lo saben, gracias al cielo en el instituto jamás se enteraron de mi secreto. Aunque, todas esas pesadillas siguen solo porque el miedo sigue invadiendo mis pensamientos, sigue ahí a pesar de todo lo que he hecho para dejarlo detrás.

—¿Van a tener...? —Amadeo trata de terminar la pregunta pero Ada lo interrumpe.

—No tienes que recordarlo Amadeo —asegura con una mueca—. Además, no sabemos que harán.

—Son adolescentes hormonales.

—Vaya, pero lo dices con tanta calma —dice Clarisse.

—Soy un hombre —dice orgulloso.

—¡Bu! —grita Evan a sus espaldas.

Amadeo gritó tan agudo que tapé mis oídos por un pequeño instante, mi hermano miraba a Evan con rencor. Clarisse, Ada y yo estábamos riendo a carcajadas espero que todo viaje sea así de gracioso, de lo contrario me regreso en el primer vuelo a California, todos mis días eran así ahora son muy diferentes, mis amigas han respetado esta etapa por la que estoy pasando, pero aun así me recuerdan que la vida es increíble si la disfrutas como se debe.

Y sanamente.

—Muy hombre —dice Evan a carcajadas—. Ese grito creo que lo escucharon en Inglaterra.

El deseo de amar para siempre. Where stories live. Discover now