Dolor y Tormento© - Trilogía: Dos Palabras - Libro #2 - En Pausa

Capítulo 27: Secretos Expuestos

Iam.

~17/06/2021~

Tomo aire, tratando de calmarme y dejo el papel con algunas manchas de sangre, sobre la mesa.

—Muéstrame lo que te enviaron. Sé que lo guardaste —la miro y me levanto de la mesa —. Iam —me llama.

—Iré por la nota —aviso y camino a la recámara que compartimos.

Busco en el cajón donde guardo mi billetera y cuando tengo el papel en la mano, regreso.

Apenas quedo frente a ella, simplemente le extiendo el papel y ella lo lee con detenimiento.

—No debiste tocarlo.

—Estaba el mi auto, ¿Qué esperabas que hiciera?

—Decirme para yo poder tomarlo y llevarlo a la comisaria.

—¡Es un papel con una amenaza, Ximena! Si de los otros no conseguirte nada, que esperas conseguir de este —mis palabras la dejan callada y tomo aire —. No digo que no seas buena en tu trabajo, pero la verdad no creo que consigas nada.

—Hago lo que puedo. ¿Piensas que no estoy aterrada por todo lo que me mandan?

—Sé que tienes miedo, pero yo estoy contigo.

—No hablo de nosotros, hablo de la confianza. Yo te he mencionado todo lo que me han mandado, lo hago para que estés al tanto y a ti te costó decirme que te dejaron esto en el carro. ¡No era difícil hacérmelo saber!

—No, no lo era, pero lo de tu casa era reciente y no quería que te abrumaras.

—Abrumada, estoy desde hace tiempo, desde hace mucho tiempo —su cara se pone roja —. Primero lo de las notas, luego lo de Clau e Iker, después lo de mi aborto. ¿Crees que todo eso no abrumaría a alguien?

—Sé que sí —digo, manteniéndome calmado.

—Pienso que no. Porque alguna razón todo ese peso recae en mí, desde que llegaste a mi vida.

Los primeros segundos no parece darse cuenta de lo que dijo, hasta que sus ojos se abren.

—Pues debiste rechazar el caso, así te hubieras ahorrado las cosas. Era simple.

—Iam, lo lamento, hable sin pensar.

—No, no hablaste sin pensar. Solo dijiste lo que tenías atorado en la garganta —trago grueso —. ¡Y sé que quizás la mayoría de las cosas empezaron desde que yo llegue a tu vida, pero ten en cuenta que a mí también me están amenazando por estar involucrado contigo, Ximena! Porque soy tu novio.

—¿Yo qué te dije? —no respondo —. Yo te dije que, si terminábamos con esto, no te pondrían el ojo, pero tú me dijiste que lo íbamos a resolver. ¿¡Pues qué crees!? ¡Está empeorando!

—Entonces aléjate de mí, es simple —murmuro, antes de que pueda evitarlo y noto como su rostro se contrae —. Espera —intento tomarla del brazo.

—No, déjame —se aparta y entra a la habitación.

Yo la sigo y noto como recoge su cartera, su placa y arma.