o. the faithful: the kudo clan

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Si había un secreto guardado por generaciones era que el clan Kudo era un clan de adoradores de maldiciones. Eran un clan pequeño, no parecían tener grandes aspiraciones ni ganas de relacionarse con el resto de clanes o hechiceros, sin embargo, eso no evitaba que hubieran oscuros secretos alrededor de él. Secretos que si se supieran harían que cada miembro del clan fuera ejecutado.

Era la historia que no se contaba de un clan que ni siquiera aparecía en la historia. Un clan ¿inofensivo?, oh, eso estaba por verse.

Era casi hilarante como las maldiciones se acercaban al único clan de hechiceros que parecían adorarlos y sabían presionar los botones necesarios para que accedieran a hacer lo que quisieran. Sin embargo, nunca habían tenido una maldición de grado tan alto, y mucho menos dos. Sukuna y Aphelios, las dos maldiciones de grado más alto que los hechiceros andaban cazando.

El de ojos rojos le sonrió son sorna al humano, mientras el otro solo miraba con el entrecejo fruncido, parecía que ponían nervioso al actual líder del clan Kudo. Sukuna solo estaba dejando a su hermano ser, porque parecía que eso lo estaba divirtiendo un poco. A Aphelios me encantaba jugar con los humanos, mientras que Sukuna prefería simplemente masacrarlos como diversión. Al final, encontraban diversión en diferentes cosas, pero estaban juntos porque eran como hermanos, eran hermanos.

— Juguemos a un juego, humano — su voz era ronca como si nunca la hubiera utilizado, sin embargo, así era su voz, lo que lo hacía sonar levemente más oscuro y macabro.

Eso pareció llamar la atención del humano, puesto que dejó de caminar de un lado al otro, dirigiendo una mirada hacia la maldición sentada tan cómodamente en uno de los sillones del lugar. Sus ojos rojos, su piel pálida y sus cabellos negros largos medianamente despeinados le daban una apariencia psicótica, como un depredador viendo a su presa, burlándose de ella.

Le dirigió una mirada, tragando saliva con fuerza cuando se encontró con los ojos rojizos sin vida o humanidad alguna —. ¿Que quieres?

La voz denotaba miedo, una falta de valentía, pero a la maldición no le importó en lo más mínimo, solo sonrió aún más, haciéndolo ver aún más bizarro.

— Apostemos el futuro de tu clan. He escuchado que nació un niño interesante en tu clan, tu hermano. Apostemos cuanto tarda en nacer alguien igual, con más o ese mismo poder.

¿Que tanto podía sentirse seguro esa maldición respecto al tema?, era imposible. Era un juego sencillo, fácil de ganar, un trato que le convenía más que cualquier otro que hubiera hecho su clan antes.

SAY YES TO HEAVEN    ━━━━     Gōjo SatoruWhere stories live. Discover now