✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯

¿Morgan? No, Morgan James. 3 🍼

Christopher

—¡DAÁÁÁÁÁÁÁÁÁ...!

Maldita sea.

Pequeñas pero apresuradas pisadas se aproximan y resoplo rodeando mi escritorio quedando frente a la puerta.

—¡DÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ...!

—¿Qué?

Se frena de golpe justo antes de cruzar el lumbral.

Alza la cabeza para mirarme y si continúa así por más de 5 minutos, le dará tortícolis.

Hago un ademán de tomarlo pero se echa hacia atrás de nuevo sacudiendo la cabeza de un lado a otro negando.

Les faltan aproximadamente un mes para cumplir el año y cada vez balbucean más cosas.

Ah y ya caminan.

—Deja de ser terco. ¿Qué quieres?

—¡Maaá! —señala el pasillo.

Baja la cabeza un segundo antes de volver a subirla «Es tan terco» Desde que saben caminar no les gusta que los carguemos. No todo el tiempo al menos. Disfrutan de caminar/ gatear/ rodar por la casa cómo anormales.

¿Se cansan de caminar? Gatean. ¿Se cansan de gatear? Ruedan. ¿Cómo aprendieron esa mierda? No lo sé.

—Vamos con tú madre.

Mueve la cabeza de arriba a abajo agitando su cabello.

Intento alzarlo pero se escabulle. Me obligo a inhalar aire profundamente. Mantengo mi distancia mientras lo sigo hasta llegar a la sala.

Mi ojos captan a Rachel batallando con una obstinada Milenka y su cabellera indomable. «Estoy que le rapo la cabeza»

—Quédate quieta, cielo —le pide con los últimos gramos de paciencia que aún conserva.

—Owen fue a invadir mi despacho —le digo delatando a nuestro hijo.

Chilla agitando sus pequeñas piernas cuando lo elevo en el aire. Comprende que no debió interrumpirme, tomo asiento en uno de los sofás individuales con él unido a mí cómo chicle.

—Sabes que no debes ir a buscar a papá cuando está ocupado, cariño.

Blanqueo los ojos antes su intento de explicarle. Podrán ser unos "genios" a su corta edad pero cuando no quieren entender algo, simplemente no lo hacen de ningúna forma. Les gusta jodernos la paciencia.

—¿Tenías mucho trabajo? —se preocupa.

Lucha por atarle unos moños a Milenka en la mata de cabello oscuro mientras que la diablilla se mueve de adelante hacia atrás como si fuera una maldita pelota de playa.

—No —miento.

Lo tengo pero por lo general lo hago en las noches cuando los niños duermen. Por el día siempre tienen una energía del demonio que nos obliga a dedicarles casi todo nuestro tiempo jugando o entreteniéndolos. No puedo dejar a Rachel sola con ambos por mucho tiempo, es demasiado.

Siempre trato de estar el mayor tiempo posible con ellos, voy al comando únicamente cuando quiero y solo por unas cuántas horas o cuándo es sumamente obligatorio.

—El próximo mes es su primer cumpleaños —comenta mi esposa con aire pensativo—. El tiempo avanza muy rápido.

Suspira rindiéndose con Milenka.

—Eres libre mini Cher —le dice.

Milenka sale disparada de su regazo sentándose sobre el piso cubierto de la superficie mullida. Ríe libremente cuando cae hacia atrás. Se balancea de un lado al otro sujetando sus piernas.