15

1K 67 3
                                    

Mientras me cambio por lo más accesible que tengo. Cheng también se cambia algo nervioso y enojado.

—¡Julie ya llegué!— me grita mi padre desde la sala.

—¡Voy!—le contesto mientras me pongo una pijama en la parte de abajo—No te enojes, luego terminamos—le doy un beso rápido mientras mi padre camina hacia acá.

Nos volteamos a ver y se mete debajo de la cama, mi corazón se acelera y espero que este bien escondido para abrirle la puerta a mi padre.

—Quiero hablar contigo, hija—se sienta en mi cama y yo espero para que hable lo más rápido posible—Se que el día de hoy estaría contigo, pero me necesitaban en el trabajo—trato de ponerle atención pero mis nervios no me lo permiten—

—no te preocupes—le digo moviendo mi pierna por la ansiedad.

—Yo se que no está bien, pero, me quedaré horas extras en el trabajo—ahora si volteo a verlo. Cualquier sentimiento de nervios se esfuma.

—¿Que?—claro que escuche, pero no comprendo del todo.

—Estare de 12 a 11:30—suelta otro suspiro—y trabajaré los domingos—en este momento explotó por completo, sin importarme que Cheng este debajo de mi cama.

—¡Pero tenemos suficiente dinero!—le digo mientras intento calmar mi nudo en la garganta.

—¡Lo sé! Pero, el trabajo es importante para mi—¿Escucharon eso? Es mi corazón quebrando se.

—Yo también soy importante—le digo en un hilo de voz—Es algo malditamente estúpido lo que estás diciendo—mi padre se levanta de mi cama.

—¡No me hables así, señorita! Cálmate—me levanta la voz y me es difícil contenerme.

—¡como quieres que me calme, si dices que el trabajo es más importante que yo!—una lágrima resbala por mi mejilla.

—No digas eso—me intenta abrazar pero me alejo—Julie—me intenta calmar.

Me encuentro cruzada de brazos mientras lágrimas silenciosas caen en mi rostro.

—Solo estoy diciendo la verdad—le contesto y me limpio una lágrima con mi sudadera.

—No digo que el trabajo sea más importante que tú, ¿Que voy a hacer si estoy todo el día solo aquí?—me intenta chantajear.

—No digas eso, me levanto a las 6 de la mañana, llegó a las 3, me voy a las 5:00 y llegó y no estás—le reclamo—¿Crees que eso es estar solo todo el día?—le pregunto y no dice nada—salte por favor—le digo intentando sonar tranquila.

El suspira y sale lentamente, cierro con seguro la puerta, lo más probable es que piense que estoy enojada.

Cheng sale de la cama y me abraza.

Lloro silenciosamente en su hombro y después de unos minutos me calmo.

Esperamos unos minutos sentados, ninguno sin decir nada hasta que escucho la puerta cerrarse.

Me asomo por abajo de la puerta y mi padre se encontraba saliendo.

—Que buena vista—me dice cheng a lo que me levanto rápidamente.

—ya se fue—le digo y salimos de mi habitación.

Al estar en la sala me pongo en puntitas y le dejo un casto beso en sus labios.

Sale del departamento, y cierra la puerta.

Me voy a mi habitación y más lágrimas salen de mis mejillas.

Mientras intento pensar en cualquier cosa positiva, tomo un cuadro con una fotografía. La aviento para intentar calmar mi enojo. Pero me es en vano.

Mi padre vuelve a entrar a la casa y toca la puerta.

—julie, por favor hablemos—no le respondo y sigue insistiendo, después de unos minutos se va.

Me acuesto en mi cama enojada y triste y el pensamiento que invade mi mente, es el hambre. Pues en todo el día solo comí la manzana.

Al no querer salir de la habitación cierro los ojos y me quedo profundamente dormida.

𝐅𝐎𝐑𝐁𝐈𝐃𝐃𝐄𝐍 𝐂𝐎𝐔𝐏𝐋𝐄     | Cheng Lu ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora