━━━ Selena y Leandro se conocieron gracias a un amigo en común de ambos, pero, ¿quién diría que gracias a eso se volverían una de las parejas más queridas de Argentina?
Selena se volvería una parte fundamental en la vida de los Paredes, tanto que lo...
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Septiembre 2020
Paris Saint-Germain versus Olympique de Marsella, los parisinos contra los focenses, el clásico del PSG y Marsella.
Si le preguntaban a Leandro, era un partido bastante reñido, muy peleado. Si bien su equipo tuvo muchas chances para hacer un gol, la pelota parecía no querer entrar al arco y empatar el resultado, ya que el rival llevaba un tanto por encima de ellos.
Además de que, también, atrapó a Benedetto mirándolo y riendo bajo su barbijo mientras negaba levemente con la cabeza, como burlándose. Eso provocó que se tensara por completo totalmente molesto y lo tuviera en la mira, entre ceja y ceja.
Minuto 95' del tiempo reglamentario, el jugador proveniente de Arsenal de Sarandí le dio un fuerte empujón que lo tiró al suelo para poder quitarle la pelota. Totalmente enojado, Paredes se levantó lo más rápido que pudo y fue contra él, empujándolo.
Dario cayó al suelo junto con Leandro, debido a que el jugador de Marsella quedó entre el segundo y Draxler. Al instante, todo Olympique se fue contra el ex Boca y sus compañeros saltaron en su defensa. Neymar golpeó con la palma de su mano a un rival que estaba discutiendo con Leandro y éste se tiró al piso dando vueltas.
Benedetto al ver que la atención de todos estaba en la pelea a sus espaldas, se levantó e intentó empezar a separar a sus compañeros.
—¡Llama a tu mujer para que terminemos lo que empezó en Madrid si se la banca! —exclamó el nueve de Marsella. Leandro giró su cabeza como la niña del exorcista en su dirección, sintiendo su sangre hervir. ¿Acaso hablaba de Selena? Juraría que era capaz de matarlo si hablaba de ella—. ¡Sí, a vos te hablo!
Paredes se acercó rápidamente a él con unas ganas tremendas de sacarle la sonrisa burlona a trompadas.
—¿Qué dijiste, pelotudo de mierda? —le hizo frente, pecheandolo—. Dale, repetí lo que dijiste si te animas.
—Dije que llames a Selena para que terminemos lo que empezó en Madrid —repitió con una sonrisa burlona.
Leandro levantó su mano dispuesto a agarrarlo del cuello, pero Ángel lo agarró por atrás para separarlo, inmovilizando sus brazos.
—¿Que la nombras, la concha de tu madre? ¡Volve a decir su nombre y te juro que te saco los dientes a las piñas a ver si podes seguir hablando! —le gritó enojadisimo—. ¡Aléjate de mi mujer porque te voy a desfigurar la cara esa que tenes! ¡Soltame, Ángel, lo voy a re cagar a trompadas!
Dario se reía abiertamente por lo enojado que se veía, feliz de haber cumplido su objetivo.
—Hey, hey, ya está. Cálmate, boludo, te van a cagar echando —le dijo el rosarino.
