VIII - Volubles, crueles y celosos (Parte 1)

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Seguía abrazada a Chaud cuando la charla termino, sentados en el suelo cerca del claro, así que me había apoyado cómodamente sobre su pecho mientras él me envolvía entre sus brazos con cariño. Habíamos permitido que el silencio acomode nuestros pensamientos, cuando Selene, que nos observaba pacientemente, suspiro con fuerza.

-si mal no recuerdo, te enviaron con un mensaje para mí -dijo con un tono de molestia en su voz.

Chaud dio un respingo e irguió la espalda. Me incorpore al momento en que él se ponía de pie y entre disculpas le entregaba una carta. Selene se la arrebató de la mano y rápidamente comenzó a leerla. En ese instante me percate que un collar adornaba el cuello de mi hermano, era una pequeña piedra rojiza.

-que bella -le dije señalándola.

-gracias, es un cuarzo citrino, Helio me lo obsequio.

Pude escuchar que Selene suspiraba, por lo que volteé a mirarla. Una sonrisa afloro en su rostro, adornándolo. Era como presenciar la primera llovizna después de muchos días de un intenso calor. Una mezcla entre alivio y gozo. Sus ojos se humedecieron, mas no se permitió soltar una sola lagrima.

-¿Qué le ocurre? -le pregunte a Chaud.

-no lo sé, esa carta se la envía el jefe de la tribu en la que formo parte.

-¿una tribu?

Tenía conocimiento que había ciudades para brujas, es decir, habito en una ahora mismo, sin embargo, ahora que me detenía a pensarlo, no sabía que sucedía con los hombres que descubren la magia.

-cuando tu escapaste a la ciudad de las brujas y yo pues... incendié la panadería... tuve que huir, corrí lo más rápido que pude. Estaba en mitad del pueblo cuando sucedió, gracias a los Dioses que la conmoción no le permitió a mi jefa a reaccionar, sino ahora mismo me encontraría enfrentando un juicio. Cuando escape, escuchaba sus gritos de "intento matarme", como si realmente hubiese sido mi intención.

Selene aparto la mirada de la carta, que plegó nuevamente, guardándola en el sobre. Lo miraba con curiosidad, atenta a cada palabra que salía de su boca.

-una vez fuera de Paris me encontré a un hombre, Hérault, él, pues, solo me estaba esperando.

-Hérault, lo conozco, es un Adivinatio Sorcerer, seguramente sabía que tu magia se iba a despertar -acotó Selene.

-exacto, me llevo consigo a un grupo de otros brujos, donde me recibió Helios, el líder. Me cuidó durante este tiempo, y me ayudo a controlar mis poderes. El guía una clase de tribu de Brujos hombres, aquello que no tienen permitido ingresar a Coven. Me conto que estaban por esta zona solo temporalmente, ya que son nómadas, suelen vagar por el continente sin ningún punto fijo en el cual habitar.

Tardé unos momentos en descifrar lo que me quería decir Chaud, pero cuando lo comprendí mis manos comenzaron a temblar.

-espera... no, recién nos reencontramos, no pueden separarnos otra vez.

-no lo harán, tranquila, encontraremos la manera.

Nos quedamos unos segundos en silencio mientras sentía el calor del sol sobre mi piel, no me había percatado del paso de las horas hasta ese momento. Ya había pasado un tiempo desde que me aleje de la ciudad, debería volver.

-debo volver con la tribu -dijo Chaud, como si me leyera el pensamiento.

-sí, deben ambos de hacerlo, aún no es seguro que estén aquí. Sigue habiendo muchos demonios cerca. Aun durante el día son demasiado peligrosos.

Selene se guardó la carta en el bolsillo trasero sin acotar nada sobre ella. No es que sea de mi incumbencia, pero todo lo que ella hiciese me daba muchísima curiosidad.

Lágrima de Luna (Versión Wattpad) #PGP2024Where stories live. Discover now