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-Y el agua la sumergio totalmente, su alma y cuerpo descansaron en paz mientras se desintegraba para convertirse en parte del océano. El fin -Dijo una voz femenina mientras cerraba el libro de cuentos-
-¿Ya se acabo? -Dijo un pequeño zorro en un tono un tanto desilusionado-
-Es lo que pasa siempre con las historias, sails -Añadió la mayor arropando a su pequeño- Siempre tienen un final
-Pero -Jadeo confundido- No se caso con el príncipe, así no puede acabar
-Cariño -Sujeto del rostro de su cachorro- Los cuentos y la vida son así, no siempre van a tener un final feliz
-Hmmm...
El cachorro observo a su madre apagar la vela que daba luz a su habitación para luego marcharse y desde la puerta desearle dulces sueños.
Se arropó con las sabanas. Era la primera vez que su madre le leía un cuento sin final feliz; ¿Era una elección que deseaba que aprendiera?
¿Que la vida a veces suele ser malvada?
Algo difícil de procesar a la edad de 5 años.
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-¡Felices dos meses en la tripulación! -Sonreia la pirata rosa mientras en sus manos llevaba un apetitoso pastel casero de coco-
El tiempo paso rápido y en un abrir y cerrar de ojos; nine ya había estado con los piratas desde hace ya dos meses. Meses en los que tanto ellos como el, fueron aprendiendo y descubriendo cosas de sí mismos.
¿Se habían echo cercanos? Quizás. Eran las únicas personas con las que nine podía interactuar después de todo, no tenía muchas alternativas.
-¿Y que tal el pastel?
-"Del asco" -Pensó nine, apenas y podría tragar- E-es ... delicioso -Tartamudeo sonriéndo forzosamente-
-Aww, gracias. Me esforcé mucho haciéndolo -Despeino los mechones de nine-
La amabilidad se le habia pegado a nine, si bien la comida que Rose solía preparar no era para su gusto reconocía el esfuerzo que la pirata ponía en ello.