Prólogo

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Dicen que en la vida uno obtiene lo que quiere y logra lo que más desea, ¿verdad? Pues yo, no lo creo de ese modo.

Cerré los ojos respiré profundo para armarme de valor y volví a abrirlos, soltando lentamente el aire, todos estaban atentos a mis movimientos y los jueces querían mi mejor esfuerzo, debía calificar en solitario, pues Jared tenía una leve torcedura en el tobillo izquierdo y no podíamos hacer la rutina que teníamos preparada.

La música comenzó y empecé a mover mis pies, la piel se me erizó y pensé que era por el frío, pero sentí una presencia conocida, no me detuve, no podía buscar a nadie en el público, mi madre estaba ahí, mi novio, el nuevo novio de mamá y toda una multitud de gente que jamás en mi vida había conocido.

Tenía miedo, no quería equivocarme, había practicado mucho para este momento y sentía las notas en cada fibra de mi ser y comencé a girar, realicé la figura del ángel a la perfección, sabía que podía lograrlo y me arriesgue a realizar el "Lutz" y lo logré, recibiendo la ovación de todos. Por un momento pensé que no lo haría, pensé que caería, pero unos ojos negros perdidos en el público me indicaron que podía con todo, un rostro tan familiar que me sentí de nuevo en casa y entonces vino a mi mente el recuerdo de aquella noche...

Era invierno y había nevado tanto que el lago ese había congelado, tenía solo nueve años, tomé mis patines e insistí a mi madre que me llevara, pero no quería salir, no quería discutir con mi padre y pelear. Últimamente se gritaban mucho y ella quebraba cosas. Yo corría a mi habitación y me escondía, lograba calmarme y dormir cuando mi hermano Luka me daba un té y me permitía estar con él hasta que todo pasara, al menos a él sí lo convencí de llevarme.

Tomamos un taxi afuera de la mansión y nos llevó directo al lago. Estaba lleno de gente, familias enteras. Recuerdo que estaba aterrada por caerme, que el hielo se partiera y morir congelada.

—Tengo miedo —le dije a Luka y me aferré a sus manos—. Volvamos a casa.

—Me pediste venir —sonrió y sacudió un poco su cabeza, moviendo el cabello que caía en su rostro—. Te prometo que estarás bien.

— ¡No! —Grité cuando me arrastró por la helada superficie—. ¡Voy a caer!

Sentí como mi cuerpo se tambaleaba, pero el agarre en mis manos era tan firme, tan seguro, que lo miré y vi la seguridad que necesitaba para que mis piernas empezaran a moverse paso a paso. Hasta que lo logré, vi la sonrisa pintada en sus labios y sonreí igual.

—Solo debes querer, Lottie —se convirtió en mi refugio cuando las cosas empeoraron entre nuestros padres.

Los días pasaron y nos fugábamos por las noches para ir a patinar, hasta que enfermé y no pude salir más.

Un día, mi madre y yo salimos en un auto por la noche, tenía trece años cuando eso sucedió. Yo me sentí triste, porque no quería irme de ahí, pero ella dijo que era por nuestra seguridad, así que guarde total silencio y nos marchamos de ahí.

Cambió el color de mi cabello y mi corte, ella también lo hizo, siempre aseguró que era por nuestra seguridad. Mi apellido cambió, pero el nombre no, solo el de ella.

Y jamás volvimos.

Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")Where stories live. Discover now