1 Ensayo y cansancio

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Mi vida era buena, no era simple, pero sí era buena. Mi madre era trabajadora y me daba todo lo que quería, una mujer obsesionada con la salud física y el ejercicio, por lo que daba clases de aeróbicos y tenía su línea de productos para la piel. No era millonaria, pero obtenía lo que quería y vivíamos cómodamente.

Tenía unas de las mejores notas del campus y tenía al novio más guapo, Jared; cabello rubio, ojos azules, tez blanca, de complexión delgada pero hombros anchos y unos abdominales duros y marcados, sus brazos podían cargarme sin problemas. En pocas palabras, perfecto. Sus padres eran de buena posición social, así que viajábamos en su auto todos los días a la universidad, se encargaba de llevarme a las prácticas y de ahí llevarme a mi casa. Podíamos estar todos los días juntos sin problemas.

Si alguien se metía conmigo; Jared me defendía.

Si alguien insinuaba algo de mi figura; Jared me defendía.

Si alguien no me gustaba, él se encargaba de indicarle quien era yo para él y bastaba.

El único defecto; su temperamento era peligroso, yo misma temblaba como una hoja cuando alguien lo llegaba a alterar y últimamente en los ensayos pasaba muy seguido.

Soy patinadora sobre hielo y Jared es mi pareja desde que tengo dieciséis, nos hicimos novios hace un par de meses y ahora mismos está por comenzar la temporada y hemos sido seleccionados para participar en el "Campeonato del país" y se la vive estresado porque no coincidimos con la coreografía y nuestro entrenador se está cansando. Él y yo tenemos sincronización, podemos acoplarnos, pero tal parece que a él algo le incomoda ahora. Y sus gritos van en aumento.

— ¡Lo harás sola si no pones de tu parte y cooperas conmigo! —Gritó con el rostro rojo de furia—. ¡Estoy harto de que actúes como una niña pequeña, Charlotte!

Me quedé parada a mitad de la pista y se retiró del sitio.

—Está en los vestidores —el señor James me gritó desde la entrada al lugar un rato después—. Creo que no le parece nada de lo que has escogido esta vez, necesitan hacer algo ya o no podrá estar la coreografía a tiempo.

—Sí, entrenador —contesté algo molesta.

—Ahora practica tu pirueta Arabesca, que lo has hecho fatal esta semana y... come algo, desde aquí noto tus costillas —señaló con el dedo y me cubrí con las manos—. No vaya a ser que vuelvas a desmayarte y entonces sí, adiós competencia para ti, es la última advertencia —asentí y comencé a practicar.

Terminé una hora después. Mi novio ya estaba esperándome en las gradas con una botella de agua y mi chaqueta, era hora de ir a casa.

Mientras íbamos de camino notaba lo tenso en sus manos al conducir, no dije nada, así que preferí mirar por la ventana. El silencio nos envolvía y era un tanto incómodo.

—La universidad confía en nosotros, Charlie, si no quieres hacerlo dime y lo haré solo —soltó de pronto—, me esfuerzo mucho por ti como para que ahora no me dejes decidir las cosas.

—No es mi culpa que tu temperamento te esté dominando ahora —no lo miré—. No es justo que siempre tengas que escoger la música tú, en ese caso, lo haré sola.

— ¿Con tu anorexia? Lo dudo mucho, no podrás girar sin mí, terminarás rompiéndote los huesos al caer apoyada en el patín.

Sí, no era tan perfecta como creían. Tengo trastornos alimenticios y quiero estar lo más ligera posible para tener la coreografía perfecta. Además, así es más fácil que Jared me cargue, aunque él diga que eso está mal.

Llegamos al edificio ya entrada la noche y el auto de mamá no estaba, supuse que estaría con su manager en algún motel de paso pues dice que en la casa no es correcto que entren hombres. Pero siempre rompía esa regla con Jared, puesto que me sentía más segura.

Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")Where stories live. Discover now