Jamil Viper, un estudiante serio, encuentra en la cafetería su único refugio durante el tumultuoso día escolar. Gracias a la indulgencia de Kalim Al-Asim, Jamil ha obtenido un breve respiro durante la hora del almuerzo para relajarse y alejarse del...
Scarabia se iluminaba fervorosamente, con algunos alumnos caminando y disfrutando de la noche antes de ir a sus respectivas habitaciones.
A pesar del claro calor que habitaba en este dormitorio, esta noche en particular era más fresca de lo usual. La vida en Scarabia era tranquila y animada, donde los estudiantes podían residir despreocupadamente.
Jamil, antes de prepararse para dormir, se aseguró de que Kalim estuviera bien y descansando. Al mirar el estado de su amigo, no pudo evitar soltar un suspiro aliviado.
Con ese asunto resuelto, Jamil se recostó en su cama y revisó su celular, sorprendiéndose al encontrar un mensaje de Leona. El contenido era sencillo, "¿Estás seguro de que estás bien?"
Jamil rió al ver el mensaje de su contrario. Era increíble que Leona siguiera preocupado. Decidió responder, agradecido por la clara atención que le estaba brindando Kingscholar, "Sí, estoy bien. Gracias por preguntar. La explosión fue un susto, pero todo está bajo control ahora. No tienes que preocuparte tanto."
Leona respondió rápidamente, "Me alegra saberlo. Si necesitas o sientes algo fuera de lo normal, házmelo saber. Descansa bien, Jamil."
Jamil apagó su celular y lo dejó a un lado. La relación que tiene con Leona se ha vuelto un poco cercana. Antes Jamil no lo quería ni tener cerca, y estaba enojado por el asunto de la suciedad de su mesa. Con un suspiro, cerró los ojos, listo para descansar después de un día tan agitado.
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Los utensilios de cocina en Savanaclaw ahora no eran más que arena. Tres estudiantes trataban de averiguar lo que pasó exactamente. Lo único que sabían era la identidad de la persona protagonista del caso.
"¿Por qué Leona-Sama haría esto?" Preguntó uno de primer año, buscando que sus senpais le dijeran una razón convincente, pero solo recibió más dudas.
"No tengo ni idea... ¿Nuestro líder se habrá enojado con algo?" Respondió el de tercer año con tono dudoso.
El tercer estudiante al escuchar a su compañero puso una cara incrédula, "¿Enojado con los utensilios de cocina? ¡No creo que Leona-Sama se enoje con utensilios de cocina!"
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