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Era tan guapo.

Kim DaHyun miró al tipo por el rabillo del ojo mientras limpiaba la mesa, a unas pocas mesas de distancia de la que ocupaba él. Dios, si tenía novia –y todos los apuestos siempre tenían novias– sería una chica afortunada. DaHyun no pudo evitar mirarlo, mientras que el tipo sonreía ampliamente y comentaba algo a quienquiera que estuviera al teléfono. Tenía una sonrisa tan hermosa, toda hoyuelos y blancos dientes, la sonrisa añadía calor a sus ojos azules (¿O quizás verdes?). Tenía que estar al principio de la veintena, cercano a su edad. Tenía el pelo rubio platino, peinado cuidadosamente diseñado y un rostro muy atractivo, pero sin ser intimidantemente guapo –el tipo de rostro al que querrías mirar y sonreírle. Su altura era perfecta para ella también: alto, pero no demasiado alto. Estaba en forma y tonificado pero no demasiado musculoso. Simplemente perfecto.

DaHyun suspiró soñadoramente.

Tras suyo, alguien resopló, y ella volteó. JiHyo, otra camarera, estaba sonriendo.

—Hermoso, ¿verdad? Pero está muy lejos de nuestra liga.

—Si no lo intentas, nunca lo sabrás —dijo DaHyun encogiéndose de hombros. Puede que no pareciera una modelo, pero sabía que a los hombres les gustaba.

—¿No lo reconoces? —dijo JiHyo, arqueando las cejas—. Sé que eres nueva por aquí, pero... no es un hombre cualquiera. Es uno de los solteros más deseados del país.

DaHyun miró a la chica con curiosidad.

—¿De verdad? ¿Quién es él?

—Lee JaeHyun, el único hijo y heredero del Conde de Lytton —dijo JiHyo.

Oh.

DaHyun habitualmente no sabía mucho sobre la aristocracia, además de la familia real, pero incluso ella sabía quién era Lord Lytton. Era uno de los pocos Lores británicos que seguían siendo obscenamente ricos y políticamente influyentes. La sangre de su familia podría ser más azul que la de la reina.

DaHyun miró hacia el hermoso JaeHyun.

—¿Tiene novia?

—No una novia —dijo JiHyo—, una prometida. Ha estado comprometido con Lady Cho Tzuyu desde su nacimiento.

DaHyun rió entre dientes.

—¿De verdad? ¿La gente sigue haciendo eso?

—Definitivamente los ricos todavía lo hacen.

DaHyun sacudió la cabeza.

—Es una locura. No estamos en la Edad Media.

—Díselo al Conde de Lytton. Aparentemente, él está muy ansioso por ese matrimonio. Los Cho prácticamente son dueños de la mitad de Europa y, al parecer, nunca puedes ser lo suficientemente rico. Pero supongo que los Lee no serían aún tan destacados si no se aseguraran de mantener y aumentar su poder y riqueza.

—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó DaHyun, mirando a JaeHyun de nuevo. Había dejado de hablar por teléfono y empezado a comer su almuerzo, mirando la entrada expectantemente de vez en cuando. Dios, realmente era súper lindo. Había una calidez en él que le daba un aire somnoliento y suave y toda clase de cosas adorables. DaHyun se sintió tonta pensando de esa forma en un tipo, pero la palabra encajaba. JaeHyun era adorable.

—Es un cliente regular aquí —respondió JiHyo—. No pude evitar oír algunas cosas cuando hablaba con su amigo. Hablando de JuYeon —Ella asintió hacia la entrada con una sonrisa torcida y suspiró.

DaHyun volteó la cabeza y dijo: —Oh.

Porque el tipo que acababa de entrar al restaurante sería fácilmente el hombre más caliente que había visto nunca.

𝗦𝗚, 05. 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗨𝗦𝗜𝗡𝗚 | 𝗝𝘂𝗝𝗮𝗲 (𝗧𝗕𝗭) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora