VII - Tantas reencarnaciones (Parte 2)

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Observe nuevamente a aquel ser que me llevaba atrapada. Sus alas median el doble de su cuerpo, sus plumas eran opacas y oscuras. Me recordaba a las descripciones que me habían dado de los demonios que estaban bajo el mando de Caim.

Tenía miedo, este claramente seria mi fin. No debí haber salido de las murallas, hubiera vuelto con Alejandrina, subestimé las advertencias que me dieron todas. En ese instante, recordé sus palabras: "si necesitas algo, solo grita y alguien vendrá" por lo que

comencé a gritar desesperadamente. Una y otra vez. La garganta comenzó a rasgárseme y las lágrimas brotaban feroces de mis ojos cansados. Por mi mente, en algún punto de desesperación, nació un oscuro pensamiento "¿ya para qué? Quizás esto sea lo mejor". Por lo que mi voz dejo de sonar. Era evidente que nadie vendría, estábamos muy lejos de todos, ya ni siquiera veía la ciudad, un lugar al que tampoco deseaba volver.

Cuando realmente había perdido toda esperanza algo atrapo al pajarraco, era como una enredadera de gruesas ramas. Pronto apareció otra, ambas obligaron al demonio a bajar al suelo, lo suficiente para que alguien, con increíble puntería, lo atreviese una y otra vez con deslumbrantes flechas blancas.

El demonio logro zafarse de las ramas, pero comenzó a caer en picada, tan veloz que pensé que me desplomaría con él, sin embargo, antes de que me arrastre una vez más con él, una de las ramas se colocó delicadamente debajo de mí, haciendo que me deslice por ella hasta llegar suavemente al suelo, ilesa. No podía decir lo mismo del demonio, que se estrelló fuertemente contra la tierra. Pude observar a aquel ser que se retorcía del dolor, parecía un alfiletero por la cantidad de flechas que tenía en todo su cuerpo.

Alguien se acercó poco a poco a él, de una patada lo dio vuelta, dejándolo boca arriba. Coloco su pie en lo que podría ser el cuello de aquella bestia, y sin piedad, apuntándolo con su arco a la cabeza, le atravesó una flecha entre los ojos. Luego dirigió su mirada en mi dirección y comenzó a caminar despacio hacia mí.

Vi como su arco se desintegraba de sus manos, volviéndose fragmentos de luz que le iluminaron el rostro, por lo que pude ver quien me había salvado.

-Selene.

Mi voz salió como un susurro, llevándose todo el aire que apenas había entrado en mis pulmones. Me puse en pie, con ganas de abrazarla, sin embargo, ella me abofeteo con fuerza. La observe unos instantes, a pesar del ataque parecía muy calmada. Aun así, no dejaba de fruncir el ceño, parecía increíblemente molesta.

- ¿Qué haces aquí? ¿Eres tonta o qué? Deberías mantenerte dentro de las murallas, ¿Cómo es que te dejaron salir?

Yo solo la observaba ensimismada, por alguna razón que desconocía no podía dejar de hacerlo, ni siquiera me dolía el rostro, eso era mínimo comparado a todo lo demás. En comparación de volver a verla, no significaba nada. Observé cada una de sus facciones, la tenía tan cerca esta vez que pude apreciar que tenía una piel lisa, sin ningún tipo de marca o cicatriz, y que sus ojos celestes tenían matices grises, que sus cejas estaban delicadamente depiladas, que sus pestañas eran espesas y arqueadas, que tenía la marca de un piercing en la nariz, aunque no lo llevara puesto en ese momento y que un calor inundaba mi pecho al momento que volvió a dirigirme la palabra.

-¿me responderás o solo me miraras como boba? -pregunto exasperada.

-¿Qué haces tú aquí?

Me miro extrañada ante mis palabras. Obviamente, no esperaba que sea yo quien la interrogara, y quizás hasta la había ofendido.

-¿además de salvar tu pellejo? Lhiver ¿eres consciente de lo que sucedió? Casi te secuestra ese demonio, debes volver ya mismo a la ciudad -exclamó dirigiendo su dedo a las murallas.

Lágrima de Luna (Versión Wattpad) #PGP2024Where stories live. Discover now