O2

60 9 2
                                    

JaeHyun no estaba seguro de cuándo había empezado exactamente –cuando se había enamorado de su mejor amigo.

No podía recordar que no lo amara.

Incluso cuando eran niños, había sufrido un severo caso de amor-decachorro faldero: JuYeon era el primer amigo real que había hecho por su cuenta, el único que no estaba impresionado por la familia de JaeHyun y le gustaba por si mismo, JaeHyun.

JuYeon era todo lo que él no era: audaz e insistente, imprudente y decidido. Pero a medida que pasaron los años y crecieron, el amor-de-cachorro-faldero de JaeHyun se convirtió en algo más. Algo que no estaba destinado a ser.

Sus primeros años de adolescencia habían sido confusos como el infierno, porque no podía entender que era lo que deseaba de JuYeon cada vez que lo tocaba. Por entonces todavía pensaba que su amor por JuYeon era fraternal, pero volverse estúpido cada vez que JuYeon pasaba un brazo alrededor de sus hombros y lo acercaba, no era algo que un hermano sentiría. Un hermano no se masturbaría pensando en la boca y las manos de JuYeon en él. Un hermano no se sentiría enfermo de amor cuando JuYeon le sonreía. Había sido embarazoso. Había sido mortificante. Había sido horrible, porque sabía que JuYeon no se sentía de la misma forma. El afecto de JuYeon por él era simple, amistoso y fraternal. Incluso a los trece, JuYeon ya tenía novia.

JuYeon era recto como una flecha. Si JuYeon descubriera lo que JaeHyun deseaba, probablemente se sentiría raro e incómodo.

A los trece, JaeHyun todavía esperaba que esos sentimientos e impulsos inapropiados se le pasaran en unos meses.

A los veintidós, ya no le quedaban más esperanzas.

Había creído que lo estaba llevando lo suficientemente bien. Sin embargo, al ver a JuYeon con NaYeon, verlo cómo la miraba, martilló el último clavo en el ataúd de sus estúpidas e irracionales esperanzas. JuYeon la amaba.

Incluso si JuYeon no se enamoraba de ella, nunca querría a JaeHyun de esa forma. JuYeon nunca le correspondería su amor. Por muy arraigado que estuviera este amor, era unilateral y siempre lo sería. Necesitaba aceptarlo y tratar de superarlo. No todo amor era correspondido; Esa era la cruel realidad.

El teléfono zumbó en su bolsillo, haciéndolo estremecerse.

JaeHyun lo sacó.

Tenía un mensaje nuevo de JuYeon.

“Lo lamento por NaYeon. Quería pasar el rato solo contigo. Ha pasado mucho tiempo.”

Lo había pasado. Desde que se graduaron y consiguieron empleos de jornada completa, desde que NaYeon entró en la vida de JuYeon, el tiempo que pasaban juntos había ido disminuyendo rápidamente. Eso lo asustó.

¿Se estaban distanciando?

Parte de él le dijo que era algo bueno. Si dejaran de vivir en los bolsillos del otro, sería más fácil para él seguir adelante.

Excepto... excepto que no quería seguir adelante. No sabía qué clase de persona sería sin JuYeon. Estaba jodido, pero era la verdad. Este amor, por desesperante y doloroso que fuera, había sido parte suya por demasiado tiempo. Era parte de lo que lo hacía ser Lee JaeHyun. Hyunnie no sabía quién sería sin él.

“Veámonos mañana”, le contestó el mensaje.

Recibió una respuesta casi instantáneamente, lo que le hizo sonreír. Sí, era así de patético.

“Estaré en la casa. El clima sigue siendo bueno. Trae tu traje de baño. Podemos pasar el rato en la piscina.”

La casa a la que JuYeon se refería era su casa familiar, o mejor dicho, la casa de su hermano mayor.

JuYeon se había mudado de allí hace unos años y había conseguido un sitio propio, pero como el trabajo de JuYeon quedaba cerca de la casa de JeNo, vivía la mitad del tiempo en lo de JeNo por conveniencia.

A JaeHyun no le importaba pasar el rato allí –había estado allí cientos de veces a lo largo de los años y le gustaba JeNo.

“O puedes usar el mío", JuYeon envió antes de que pudiera responderle.

“Eres asqueroso”, JaeHyun respondió.

“Así me amas”, JuYeon le contestó.

JaeHyun cerró los ojos mientras que la familiar sensación agridulce llenaba su pecho.

—Te amo —susurró, porque a veces el impulso de decirlo se hacía demasiado fuerte. A veces necesitaba decirlo, aunque no hubiera nadie para escucharlo.

Incluso si no hubiera nadie para decírselo a él.

𝗦𝗚, 05. 𝗖𝗢𝗡𝗙𝗨𝗦𝗜𝗡𝗚 | 𝗝𝘂𝗝𝗮𝗲 (𝗧𝗕𝗭) Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu