Mi diestra en tu muerte ha de ser inscrita.

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Nota importante

Este one shot fue escrito para un concurso en mi cuenta secundaria p-rettystor, la pauta que debiamos seguir era la de una flor que los jueces nos asignaban, la mia fue el jacinto. Aqui abajo les dejare una pequeña explicación para que entiendan la totalidad del relato, pero recomendaria hacer una investigacion, ya que mi explicación es bastante vaga:

"En la mitologia griega tenemos la historia del joven Jacinto, dónde un dios celoso, Céfiro, le quita la vida a este joven porque no puede soportar la idea de verlo con alguien más y, de la sangre derramada, nace la flor protagonista de este escrito (el jacinto)."

Trigger warning: spoilers del manga (ch. +144), muerte de personaje mayor & violencia típica canon.

***

«[...] De la sangre derramada en el suelo hizo brotar una flor, el jacinto.»

LUEGO DE LOS SUCESOS EN SHIBUYA, aún inmovilizada en la enfermería, Maki tuvo sueños sin sueños donde su hermana estaba rodeada de jacintos.

Aquella imagen la llevó a recordar los tiempos donde aún eran pequeñas e ingenuas y se les permitía jugar junto a su madre en los jardines de la residencia Zenin, rodeadas de flores que se convertían en intrincadas coronas para la otra.

Mai siempre era mucho más hábil para esas cosas, y en muchas otras, siempre fue así; el talento de una era el mayor defecto de la otra. La restricción celestial que las ataba era tan intrincada como las coronas de flores en las que pasaban tardes enteras perdiéndose.

En uno de esos sueños pudo ver a su hermana riendo, al despertar se cuestiono si es posible que eso haya sucedido alguna vez o solo fue un método de defensa por parte de su cerebro, el cual vacilaba entre la vida y la muerte, tratando de recordarle el amor que alguna vez sintió por su misma sangre.

—Tengo miedo de dormir sola por las noches —dijo Mai una vez hace años, con su ropa para dormir desalineada y sus ojos cafés llenos de lágrimas—. ¿Puedo quedarme contigo, hermana mayor?

—Mamá no va a estar feliz con eso. —respondió con naturalidad y de todas formas se movió a un lado dejando suficiente espacio para su hermana en el futón. Mai no dijo mucho, cerrando la puerta corrediza apenas abierta detrás de ella, no sin antes dar una mirada al pasillo para verificar que nadie la hubiera visto.

—Gracias —murmuró Mai sentándose a su lado, la pequeña lámpara junto a su futón se apagó y Maki no dijo nada más—. ¿Crees que mamá nos regañara?

—¿Eso importa ahora? —dijo con arrogancia, incluso cuando ambas conocían la respuesta, el miedo de Mai hacia las maldiciones solo sumaba más leña al fuego en su complicada situación dentro de la familia—. ¿Fue una maldición?

—¿Qué quieres decir? —Mai se acomodo debajo del edredón, su voz ahora es más estable gracias a la segura presencia de su gemela junto a ella.

—¿Eso fue lo que te dio miedo? —preguntó Maki, con su mirada fija al techo, su entrecejo fruncido en preocupación y sus pequeñas manos apretando la manta que las cubría a ambas.

—Sí —respondió Mai, un sollozo abrupto escapó de sus labios, casi como si lo hubiera estado conteniendo durante todo su intercambio de palabras—, me dan mucho miedo y todos se ríen de eso. Lo odio, lo odio.

—No puedo verlas —comentó con la simpleza única que podría tener una niña de seis años como ella, y su hermana—, pero tú sí.

Mai dio un pequeño asentimiento con el edredón cubriendo la mitad de su rostro, hasta su nariz, Maki no se molestó en regañarla cuando ella se limpio los mocos con su manta. En el futuro recordó ese momento, acostada en la camilla de la enfermería, y deseó haber dicho algún comentario mordaz que iba más allá del conocimiento de una niña pequeña.

Corazón dividido (Jujutsu Kaisen)Where stories live. Discover now