Hey there little lonely, won't you stay?

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La música retumbaba en las paredes de la casa repleta de jóvenes y él se estaba arrepintiendo de estar allí.

Hace unos días se corrió la voz por el campus que habría una fiesta increíble en una de las casas de la fraternidad, muchos afirmaban que miles de cosas impresionantes pasarían; alcohol, drogas, prostitutas, incluso contratarían un DJ.

Husk en un inicio no se vio interesado en aquella fiesta pues estaba casi seguro de que solo serían un par de idiotas bebiendo cervezas baratas al lado de una corneta o inhalando sales de baño y en el caso de las prostitutas, probablemente elijan a uno para ponerle una pecula y hacerle quién sabe qué cosas. Pero por desgracia, Jack, su mejor amigo, era uno de los organizadores de esa fiesta por lo que tendría que ir si o si. Ya después trató de verle el lado positivo. Al menos podría embriagarse un poco para despejar la mente.

O eso pensaba.

Porque ahora mismo, se encuentra parado en una esquina con un vaso de alcohol barato y de baja capacidad para embriagarlo. Aburrido, miraba a todos bailar o hacer cualquier otra estupidez.

El único lado bueno de esto era que la fiesta no resultó ser un total fracaso, puesto que si contrataron un DJ, varias señoritas de compañía y una que otra bolsita con polvos blancos estaba por allí. ¿El problema? El alcohol. Era una mierda en totalidad. Ni siquiera estaba frío; era como beber orina caliente con levadura. ¿Por qué seguía allí? Porque no tenía nada mejor que hacer. Pero ni siquiera el tener algún polvo con alguna chica o chico le llamaba la atención. Sin alcohol de por medio no era divertido.

Suspiró con resignación, mirando el líquido dentro del vaso con frustración. "Menuda fiesta de mierda" pensó. Decidió irse de allí finalmente para vagar por la casa, qué más da.

Paso entre la multitud de muchachos, algunos se quejaban porque los apartaba bruscamente y otros no le prestaban ni la mínima atención, pues el espectáculo central era la pista de baile improvisada cerca de donde estaba del DJ, que constantemente cambiaba de canción, provocando ovasiones por parte de su joven público.

El azabache caminó por los pasillos sin mucho interés, pasando al lado de algunos universitarios cachondos que se andaban comiendo a besos o toqueteos indecentes aprovechando la tenue oscuridad. Luego pasó frente algunas habitaciones donde se podía oír de todo;desde el sonido más irracional hasta el más perverso, provocando que sintiera aún desagradable escalofrío.

"Malditos degenerados" Siguió su camino, pasando al lado de un grupo de chicas que reía divertido al pie de la escalera que daba con el ático. Pero algo de la conversación le llamó la atención, haciendo que detuviera su andar pero sin voltearse, apenas había subido un escalón.

Si que es un cobarde! —rió una chica rubia—¿En serio huyó después de eso? ¡Vaya maricón! —otras chicas del grupo la acompañaban en carcajadas, excepto una muchacha morena, que solo se limitaba a sonreír bastante incómoda.

¿Qué quieres que te diga? Es un niño de mami! Seguramente está aquí porque creyó que era una especie de cumpleaños —burló otra joven, reavivando las risas en el grupo.

Husk miró de reojo al grupo, pues creía reconocer aquella vibra egocéntrica al hablar de la que parecía ser la líder de aquel desalmado grupo. Y si, la reconoció. Charlotte Morningstar, del lado este del campus, con su carácter de mierda y una sonrisa soberbia, era conocida por sus grandes hazañas de humillación hacia sus otros compañeros, sobretodo a aquellos que tuvieran la osadía de invitarla a salir. De una familia adinerada y actitud meramente narcisista, había que tener cuidado cuando se trataba de ella. Lo curioso es que es muy diferente a su hermana gemela, Charlie, que en cambio a su hermana era alguien muy amable y hasta empalagosa, o eso decían los rumores.

𝗦𝗪𝗜𝗡𝗚 𝗟𝗬𝗡𝗡Where stories live. Discover now