X - Naturaleza del alma (Parte 3)

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Hacia un tiempo, cuando había cumplido los doce años, estaba absorta mirando a través de la ventana de mi habitación. Una familia adinerada había querido adoptarme, pero alguien lo había evitado, por lo que sentía un extraño sentimiento de vacío en mi interior. Eran esa clase de personas que sonreían mucho, y amablemente, a todas las hermanas del convento y sobre todo a la Madre Superiora. Buscaban una muchacha bien portada, silenciosa, y obediente que pudieran tomar como hija, aunque ya habían tenido seis bebes. Al consultarles la razón, la mujer dijo, sin vergüenza alguna, que no tenía tiempo para criarlos, que junto con su esposo les gustaba viajar por el mundo y no deseaba llevar a los niños, por lo que realmente solo estaban buscando una hermana mayor que los cuidara por ella.

Recuerdo estar en la fila junto a mis compañeras, acomodadas por edad y estatura, todas con nuestro mejor atuendo. Me ardían intensamente las orejas. La Madre Adelaine los acerco a mi casi de inmediato, como si fuera la chica ideal para hacer de madre sustituta. La mujer me levanto la barbilla para examinarme el rostro y pude ver como quedaba complacida por lo que veía. En el momento que manifestó su deseo de adoptarme a mí, Úrsula se acercó a ella y le susurro algo al oído. Nunca supe realmente el qué, sin embargo, aquella vil señora paso a observarme con horror, como si de golpe viera un monstruo.

Ese día adoptaron a Nathalie Isere, era una muchacha de quince años, hermosa, de cabellera colorada, de hermosos ojos oscuros... y de quien no volvimos a saber jamás. Pude observar desde la ventana como se la llevaban en su auto caro, mientras Úrsula me peinaba el cabello con sus dedos tarareando una canción de cuna.

Mi mente salto a otro recuerdo: cuando era un poco más pequeña y no sabía medir el peligro en el que me exponía a veces, había seguido al gran gato de cola quebrada hasta el techo de la casa hogar. Tendría unos seis años, era una niña hiperactiva y salvaje. Estuve casi toda la tarde viendo como las mujeres iban y venían buscándome, gritando mi nombre en repetidas ocasiones. Tenía miedo de alzar la voz para avisar que me encontraba sobre sus cabezas, y que me vean, ya que seguro me volverían a golpear con una varilla si me encontraban en aquel lugar. Sin embargo, no sabía cómo volver a pisar la tierra sin estrellarme contra el suelo, por lo que solo las miraba ir y venir, cada vez más alteradas.

Habían pasado horas hasta que vi que una mujer de rostro sonriente me alcanzaba finalmente. Úrsula me tomo entre sus manos y con gran habilidad nos llevó hasta una ventana que daba al ático del edificio.

Luego nos escabullimos hacia el patio sin que nadie nos viera, ya que, llegados a ese punto, muchas de las hermanas estaban rondando las calles aun buscándome. Secó mis lágrimas, limpio mi rostro y me hizo prometer que no se lo contaría a nadie jamás. Entramos a la casa hogar con ramos de flores en nuestras manos, y cara de desconcierto. Úrsula le explico a la Madre Superiora que nos habíamos alejado a juntar flores para decorar la sala, y que nos había llevado mucho más tiempo del que habíamos creído, que todo había sido un malentendido. Al día siguiente, sus manos tenían unas horribles marcas rojizas producto de la varilla, por lo que apenas podía moverlas. No obstante, no dejo de sonreírme en ningún momento.

Finalmente, se reprodujo en mi mente una imagen que no podría haber recordado en otra ocasión. Estaba acurrucada en sus brazos, ella parecía ser enorme, o quizás yo era la diminuta. Úrsula me envolvía amorosamente con sus brazos mientras me guiaba hacia interior del edificio, su calor me invadió de inmediato. Ya no sentía miedo, ni hambre, ni frio. Me observaba primeramente con desconcierto, sin embargo, me acaricio el rostro y nuevamente me dedico su dulce sonrisa, aquella con la que siempre prometió que me protegería, pasara lo que pasara.

Volví al presente cuando que sentí una explosión de energía en mi interior, mientras las lágrimas corrían por mi rostro.

Protección, aquella que mi madre me habría otorgado durante todo este tiempo. Aquella que me arrebataron. La que anhelaba recuperar.

Lágrima de Luna (Versión Wattpad) #PGP2024Where stories live. Discover now