6 Pasado borroso

35 11 10
                                    

Hice un esfuerzo sobrehumano para comer y una vez terminada la cena, Olga ya esperaba en el marco de entrada al comedor con el abrigo en sus manos. Luka insistió que me lo pusiera, así que accedí. Después de todo no podía hacer mucho más aquí que seguir órdenes.

Petretsy es una zona pequeña, sus habitantes no son muchos y hasta donde sé es un pueblo tranquilo. El aire era demasiado helado, el frío en el exterior era algo doloroso y mis mejillas comenzaron a arder de inmediato.

—Casi lo olvido —se acercó y me colocó un gorro negro en la cabeza—, así está mejor.

El frío se calmó un poco, pero aun así mis mejillas resentían el ardor.

—Espero que seas consciente de que puedo tener hipotermia por esto —mi tono sarcástico dijo todo.

—No tardaremos —no me miró, siguió caminando y lo seguí—, sé que te encantará.

—No sé qué esperas —lo tomé del brazo—. Luka, tienes que entender que ya no soy la niña de trece años que se fue...

—Lo sé —se detuvo—, sé que no eres una niña.

Su silueta oscura apenas era visible con lo último de la luz del día que se filtraba entre los enormes árboles y pinos que nos rodeaban, pero sentía su mirada intensa recorriéndome completa.

Quería volver a casa con mamá, pero sentía un gran alivio de saber que Luka estaba bien, que me recordaba y que hasta cierto punto pensaba en mí. Realmente quería contarle lo que sucedió en mi vida estos siete años, que me contara que había hecho. Pero con esa revelación, no sabía si podría.

La mafia Rusa, es algo que jamás esperé ni sospeché. Papá era un hombre que trabajaba mucho y me consentía demasiado, Luka estaba a mi lado y estudiaba en casa también, había mucha seguridad, pero siempre pensé que era porque Viktor tenía mucho dinero. Que equivocada estaba, mi vida fue un total engaño. Pero aún estaba la incógnita de lo que dijo mi hermanastro, saber si era verdad que mamá le había robado a mi padre y por eso huimos.

Choqué con una espalda ancha cuando se detuvo en seco.

—Hemos llegado —Luka se giró y distinguí el brillo en sus ojos a pesar de la oscuridad—. Cierra los ojos.

Dudé un poco, pero sabía que podía confiar en él. Tomó mis manos y me hizo dar unos pasos más.

—Creí que esto te haría feliz —nos volvimos a detener—, ahora abre tus ojos —así lo hice—. Creo que te debía esto.

Quedé pasmada ante el estanque congelado que tenía luces tenues por todo alrededor. Muchos recuerdos hermosos invadieron mi mente, pero uno en específico me invadió en ese instante...

—Vamos, tú puedes hacerlo.

Su sonrisa resonaba en su caja torácica de un modo armonioso y divertido. Había aprendido a mantenerme de pie y patinar sola sin ayuda de nadie. No presté atención a la cinta de precaución cuando su grito llegó a mis oídos.

— ¡Por ahí no, Lottie!

Pero cuando intenté detenerme, ya era demasiado tarde. Había roto la cinta y cruzado a la delgada superficie.

— ¡Luka! —grité—. ¡Tengo miedo!

Sentía como crujía el hielo bajo mis pies, trataba de mantener el equilibrio pero era imposible.

— ¡Aaah! —Sentí las lágrimas que quemaban mis ojos—. ¡LUKA!

—No te muevas —estaba cerca de mí, pero no cruzaba el límite—. Espera un poco.

Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")Where stories live. Discover now