01. Nochebuena bajo el muérdago.

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Pronto sería nochebuena, Shota había invitado a todos los del restaurante a celebrar en su casa, él no era la excepción. Cuando momentos después le pidió su dirección, la emoción de no estar en casa ese día desapareció, era muy lejos, a las afueras de la ciudad y, bueno, él no tenía ningún vehículo propio para ir, tomar un taxi no era opción con los pocos fondos que tenía, tendría que resignarse a pasar ese día en familia, si solo fueran sus padres y hermanos no tendría ningún problema, pero, como cada año, las hermanas de su madre llegarían a celebrar, y tendría que soportar los constantes abucheos de su tía por haber elegido la carrera de fotografía y no la de medicina, y claro no podía olvidarse de las incómodas preguntas de parte de su tío sobre porque aún no tenía novia. Jongseob estaba frito.

"¿Quieres que te ayude?" Jiung se sorprendió un poco al escucharlo, se suponía que el turno de Jongseob había terminado hace media hora, pero seguramente estuvo jugando con Intak, en vez de limpiar su área, terminando más tarde de lo normal. No contesto, pero de todas formas recibió la ayuda. "¿Tú irás?"

Jiung lo observó, Jongseob estaba secando y apilando los platos, tardo un poco más en entender a qué se refería.

"Sí, Shota me pidió que fuera, así que lo haré, ¿Y tú?", era algo curioso para él, Jiung no solía aceptar las constantes invitaciones de Intak y Keeho, pero cuando se trataba de Shota nunca se había negado. Acomodó los últimos platos, y negó. "¿Por qué?"

"Es muy lejos, necesito comprar una cámara nueva, y además no tengo carro." Jongseob evito dar la explicación larga, no quería hablar de eso, y por suerte, sabía que Jiung no se entrometería tanto como Intak.

"Bueno, si quieres, podría pasar por ti." Jiung le ofreció con una sonrisa amigable, el menor siempre que podía lo ayudaba, con lo mucho o poco que hacía en realidad aligeraba bastante el trabajo de Jiung, de una forma u otra él quería agradecerle por todo.

Un brote de esperanza creció en Jongseob con sus palabras, quizá si tendría salvación.

"¿En serio? No me gustaría molestarte." Jongseob se sentía un poco avergonzado por aceptar la ayuda, pero en realidad no quería pasar las fiestas solo y soportando las críticas de su familia.

"No es molestia, de verdad." Jiung le dio una palmada en la espalda, haciéndole sentir un poco más aliviado. Jongseob asintió, agradecido por el gesto de su compañero. Parecía que la nochebuena no iba a ser tan mala después de todo.

Ya era nochebuena, Jongseob no podía decir con seguridad cómo se sentía ese día, todo estaba siendo una montaña rusa, por la tarde Jiung había llegado a su casa en su moto, tenía unos jeans rasgados de color celeste, con una playera sin mangas de ...

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Ya era nochebuena, Jongseob no podía decir con seguridad cómo se sentía ese día, todo estaba siendo una montaña rusa, por la tarde Jiung había llegado a su casa en su moto, tenía unos jeans rasgados de color celeste, con una playera sin mangas de un gris oscuro y un estampado al que Jongseob no le había prestado mucha atención, su atuendo se completaba con un par de pulseras y una cadena colgando de su cuello.

Al quitarse el casco le sonrió a Jongseob, su cabello se había despeinado.

Jongseob tuvo una extraña sensación al verlo, había cambiado el color de su cabello un par de días atrás, ahora tenía un llamativo color rojo, al que Jongseob aún no se acostumbraba, y no es que no le quedara, en realidad lo hacía ver mucho más atractivo, pero Jongseob se había acostumbrado a verlo con un tono rubio, casi blanco, que lo hacía ver tierno y más amigable, con este nuevo aspecto aparentaba ser un cantante juvenil de alguna banda de rock alternativo, y estar sobre una moto con esa ropa y los ojos maquillados agregaba un extra a aquella imagen mental, Jongseob pasó saliva y se acercó a él.

"Sube, es un poco lejos, así que será mejor ir cuanto antes." Jongseob asintió, tomando el casco que el mayor le ofrecía, se subió en la parte trasera de la moto con un poco de dificultad, al acomodarse busco instintivamente algún punto de donde agarrarse, Jiung lo observo por uno de los espejos retrovisores, y habló: "Puedes agarrarte de mí si gustas, no tengo problemas con eso."

Mentía, Jongseob sabía que a Jiung no le gustaba ese tipo de contacto, lo había observado varias veces cuando Keeho lo abrazaba en el trabajo. Jiung giro un poco, el menor no parecía haber entendido bien lo que le había dicho, apenas y se sujetaba de los extremos de su playera.

"Sujétate bien, podrías caer." Él tomó las manos de Jongseob y las acomodo alrededor de su cintura, su tacto era delicado y ligeramente cálido, una vez que sintió que el menor lo había sujetado con suficiente fuerza, encendió la moto y aceleró. Al contrario de lo que pensaba Jongseob, el camino fue demasiado corto, aunque probablemente solo lo había sentido así porque los nervios no lo dejaban concentrarse, así que no estaba seguro de nada.

Llegaron a la casa de Shota, una amplia residencia con un jardín iluminado y adornado con motivos navideños. Jiung aparcó la moto y se quitó el casco, Jongseob se quitó el casco también, y se lo devolvió a Jiung con una sonrisa tímida.

"Gracias por traerme." Dijo Jongseob, sintiendo un nudo en la garganta y el sudor brotando de sus palmas.

"No hay de qué." Respondió Jiung, devolviéndole la sonrisa. "Vamos, seguro que los demás ya están adentro."

Tal y como había dicho Jiung, en cuanto fueron recibidos pudieron notar que la mayoría ya se encontraba ahí. Los invitaron a acomodarse donde quisieran, Jongseob tomo asiento entre Shota e Intak, mientras que Jiung se ubicó cerca de Keeho, en el sofá más cercano a la cocina.

En la sala reinaba un buen ambiente, no había solo un tema de conversación, constantemente estaba cambiando, Jongseob estaba pendiente a la conversación, pero la falta de refresco lo distrajo, observó en dirección a la cocina, Keeho y Jiung habían ido por más bocadillos, pero aún no volvían, así que decidió levantarse e ir, cuando llegó a la cocina vio a Keeho esperar unos segundos antes de salir detrás de Jiung, no le tomó más importancia y tomo lo que quería, llevo unos cuantos refrescos más por si alguien más quería, y después salió, se encontró con Jiung en la entrada y en cuestión de segundos escuchó a varios de los chicos gritando y señalándolos.

Sus ojos tomaron camino directo hacia Jiung, quien tenía la mirada puesta arriba, en el marco de la puerta, siguió su mirada y entendió, había un muérdago sujeto al marco superior de la puerta de la cocina, que conectaba con la sala en donde estaban los muchachos, según la tradición, se adornaba el muérdago con cintas y se ponía en lo alto. Quien se pusiera debajo de él, recibiría besos. Por cada beso que se diera, se sacaba una baya del manojo de muérdago y cuando se acababan las bayas, se acababan los besos.

Jiung lo miró por un par de segundos, Jongseob no podía asegurar nada, pero creyó haber visto un leve sonrojo en las mejillas de Jiung, los chicos en la sala gritaban, Jongseob planeaba ignorarlos, pero Jiung se acercó a él y en menos de un segundo sus labios entraron en contacto, de forma suave y por un lapso muy breve, se sintió como una caricia, una tersa, cálida y con un ligero sabor a cereza por el bálsamo que Jiung solía ocupar.

Lo siguiente que paso, no tuvo importancia para Jongseob, su mente se perdió en aquel momento.

Al final de la noche, Shota les ofreció quedarse en su casa al menos esa noche, pero Jiung tenía asuntos pendientes que atender, Jongseob apenas pudo despedirse de él con una ligera sonrisa, al igual que Keeho y otros más, al final, solo Jongseob e Intak aceptaron la oferta de Shota.

Durante esa noche Jongseob no pudo dormir, su mente solo pensaba en algo, ¿qué era lo que Jiung pensó antes de besarlo?

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