𓂃 ☾⃝҂ ❛ Nos movemos como en una obra de teatro, esperamos a que suba el telón para hacer frente a la siguiente escena, esperando lo peor porque vivimos en el género trágico, porque parecemos hijos de Shakespeare y moriremos al final del acto, pero...
Antes, de que echemos las maletas a la calle y bajemos el telón ¿Si tu te vas... y yo me voy...? Esto ya es en serio... ¿Si tu te vas y yo me voy? ¿Con quién se queda el perro?
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Hope necesitó parpadear un par de veces para asimilar que Annie estaba llorando, necesitó respirar profundo en numerosas ocasiones para percatarse de que Shakespeare estaba encogido, hecho una bolita a sus pies y, no necesitó, suplicó por un par de minutos más para recuperarse del shock, del golpe de realidad que cayó sobre ella al notar que estaba siendo llevada del brazo a la dirección.
Tal vez escuchó la voz de Beck llamándola, pero su nombre se deshizo en el vacío.
O, tal vez sintió a Jade soltando insultos y palabrotas dirigidas a la rectora. Pero fue como atacar con una espada de espuma a una pared de ladrillos.
Desde luego que olvidó a Jay, casi llorando mirando cómo se la llevaban lejos.
Porque tal vez esta sería la última vez que la vería en la residencia.
O en le escuela.
¿Volvería a ver a Hope?
( *** )
—Siéntense, señoritas.
Annie y Hope ocuparon el sofá. Bajo los ojos enormes y preciosos de la pelirosa habían manchurrones de rímel a causa del llanto.
—Me descubrieron, Hope. —susurró en medio de sus lágrimas. —No pude hacer nada, no pude esconderlo.
—Está bien, An, lo entiendo. Siento haberte metido en este problema.
—¿Cuál problema, Hope? ¡No quiero que nos quiten al perro! —lloró más fuerte y la castaña no pudo hacer más que abrazarla.
Los últimos meses fueron muchas cosas, fueron un viaje, una enseñanza, un camino que parecía determinado a acabar con la poca resistencia de Hope. Sin embargo ella sobrevivió. Había conseguido vencer las peores ramas de su introversión, había hecho nuevos amigos, amigos de verdad, no como ese amago destructivo que alguna vez creyó merecer del internado. Descubrió que podía pararse sobre un escenario, sostener un micrófono, estar bajo un reflector. Entendió que no por disfrutar de todas esas cosas dejaba de ser la chica que gustaba de encerrarse en su habitación y fingir que ese era su mundo.
