𝖲𝖾𝗋𝗏𝗂𝖼𝗂𝗈.

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AFTER: en mil pedazos. 🪐

Habían pasado tan solo tres días de la muerte de mi hijo, la muerte de Abraham y el trauma que había dejado Negan en todos nosotros.

Todo en Alexandría era extraño y silencioso, Gleen, Maggie y Sasha se fueron a Hilltop, Rosita era la única que estaba en Alexandría junto a Eugene, pero costaba mucho verla dentro de los muros.

Las noches en casa era frías, sin sentido, no tenía con quien hablar, sonreír, bromear o regañar por peleas estúpidas, solo estaba yo y el espacio enorme de mi habitación, no salía de ella, permanecía llorando ahí durante todo el día, mientras que en la noche me dedicaba a hacer planes, mucho planes.

Las mañanas eran diferentes al no ver a Carl y Dereck correr por las calles de Alexandría hasta el lago para darse un chapuzón o verlos juntos pasear a Judith mientras hablaban de mujeres.

⚊”Reichel y Enid”.

Aún recuerdo la reacción de ella, de Reichel, quedó devastada, ahora costaba mucho verla fuera de su hogar y aún que Enid intentara llamarla millones de veces para salir, ella se negaba.

También era raro no tener que ir a dejarle algo de comida o agua a Abraham, quien pasaba todo el día en su centro de construcción.

⚊“Es muy bueno liderando”.

Sentía un gran vacío en mi pecho al pensar en Gleen, estaba vivo, si, pero era raro no verlo por las calles de Alexandría sonriendo y dándole buenas vibras a todos.

¿Y Carol?, Carol ya no estaba y pensar en ello y la reacción que tendría cuando volviese me depremiá mucho más.

⚊“Estábamos perdidos, estábamos apartados de los otros, estábamos separados”.

Contaba los días con emoción, no por verle la cara al hijo de puta que me había arrebatado a mi hijo, tenía un plan.

“Una semana”.

Deseaba con ansias estar aquí para cuando pasará eso, pero temía en no tener lo necesario para acabar con él.

El sonido de la tetera hirviendo me hizo saber que el agua para Judith ya estaba lista, tomé su chupón y la rellene con el agua caliente, asegurándome que no me quemara en el progreso.

Le sonreí de forma tierna a Judith cuando tomé el frasco de leche materna de sus manos, recibiendo un puchero de su parte.

Para evitar que soltara alguna lágrima tome uno de sus juguetes y se lo deje entre las manos, cambiando ese puchero con sus risas divertidas.

Tome dos cucharaditas de su leche para poder dejarlas caer dentro del chupón, cerrarlo y luego batirlo con fuerza.

Sonreí levemente mirando a la pequeña niña poner toda su atención en mi, estaba esperando su leche y sabía que estaba casi lista.

Judith era una buena compañía en estos momentos, era la única que no hacía preguntas estúpidas sobre mi estado de ánimo cuando ya es bastante claro.

—Hey. —Me gire en mi lugar al escuchar la voz de Rick adentrarse a la cocina—.

—Hola. —Salude dejando el chupón entre las manos de Judith—.

Sonreí de forma leve al ver como se acercaba a mi con un poco de pena y dejaba su mano en mi vientre.

—¿Todo bien? —Preguntó refiriéndose al bebé— Con lo de Maggie. —Hizo una pausa— Me da miedo.

—Estamos bien. —Él o ella si, yo no—.

Rick asintió de forma leve antes de darle una corta mirada a mi vientre y luego a Judith, apartó su mano y siguió su camino hasta su habitación, solté un suspiro cuando la puerta se escuchó, dirigiendo mi mirada en la menor Grimes.

𝖠𝖥𝖳𝖤𝖱: 𝖾𝗇 𝗆𝗂𝗅 𝗉𝖾𝖽𝖺𝗓𝗈𝗌. Where stories live. Discover now