8 Locura

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Luka

Era jodido lo que pasaba por mi mente. Pero así era yo, no podía evitarlo, cambiarlo o desearlo de otro modo. Charlotte era mi obsesión desde que tenía dieciséis años y era un adolescente. Pensé que era por la edad, que las cosas se calmarían, pero sentir su cercanía, oler su cabello, sentir su suave piel cuando se acurrucaba en mi cama por las horribles pesadillas y los gritos de nuestros padres que la atacaban sin piedad, era lo peor que pude hacer en ese entonces.

Era solo una niña pero su voz, su sonrisa, sus hermosos ojos marrones, sus largas pestañas y esa fragilidad que la acompañaba a donde quiera que iba. Era tan vulnerable.

Tenía el poder en mis manos para obligarla a ser mía, pero no podía ser tan desgraciado y robar su inocencia a tan corta edad. Así que iba a esperar, su atracción por mí era segura. Yo era su lugar seguro, hasta que esa mujer se atrevió a llevársela de mi lado.

Alya descubrió mi enfermiza obsesión por Charlotte, creía que yo abusaba de ella, que yo la forzaba a hacer cosas en contra de su voluntad, que la manipulaba cuando nos íbamos a escondidas por las noches. Pero, yo jamás le haría daño a Milenka, ella siempre estuvo incrustada en mi mente y en mi corazón.

Sé que muchos lo verán como algo enfermizo, dañino, incluso lo peor del mundo, pero ella es lo único que siempre me ha importado. La ansiedad que he vivido todos estos años sin saber de ella me estaba consumiendo tanto que provocó el vicio por el tabaco y el wiski, que lograba apaciguar el vacío temporalmente en mi sistema, hasta que consumía más y más, entonces Iván mencionó haberle visto en una noticia periodística y ahí la encontré; Charlotte Evans, participante de patinaje artístico sobre hielo. Después de todo, aprendió muy bien lo que le enseñe de pequeña.

—Es una puta suerte —sonrió e hizo más grande la noticia en la pantalla—. Soy un puto genio.

—Eres un puto loco —golpee su cabeza—. Busca la noticia original —me alejé y tomé otro cigarrillo—. Ubicación; ciudad, locación, todo.

—Púdrete —rio.

—Tienes menos de cinco minutos —chasquee los dedos—. Ahora.

Iván es mi mejor amigo, mi mano derecha e hijo del antiguo mano derecha de mi padre, que lamentablemente falleció por cáncer en el colon, algo trágico. Lástima que como persona esté zafado y necesite cambio completo de tornillos, pero es un hacker y puto amo de la tecnología. Consiguió lo que le pedí en menos de tres minutos y yo ya estaba preparando todo para partir a mi nuevo destino.

Al principio pensé en acercarme y hablarle, pero no estaba seguro de que ocurriría si me veía después de tantos años. Los paquetes; nunca pensé que le asustarían, nunca lo hice con afán de molestarla o que pensara que era un asesino como los de las novelas de romance oscuro. Simplemente, no sabía que decir.

Espié durante tres meses en las sombras, no quería que se diera cuenta que era yo pero me sentía, lograba sentirme. Así que hay algo más ahí. Siempre tuvimos una conexión única, desde niños. A pesar de que yo fuese siete años mayor que ella, nos entendimos a la perfección.

*****

Sé que no me cree todo lo que le he contado de su madre, Alya se ha cambiado el nombre a Estefanía, incluso el apellido al ridículo Evans, pero va a hacerlo. Nos sedó con melatonina a todos, incluidos a los de seguridad, tomó las maletas con dinero del jefe de papá y se escapó con Milenka.

Debería haberla matado primero por privarme de mi mayor adicción durante siete años, pero no pude hacerlo, ella nunca me lo perdonaría. Así que Ben, bien implantado se encargó de todo para mí. Él entró más fácil que yo, así que esa estúpida mujer conocerá la furia de los Volkova en carne propia.

Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")Where stories live. Discover now