"Meserito"

55 6 4
                                    

1990,Buenos Aires

Me encontraba como cualquier otra noche de sábado en un bar bastante concurrido de la ciudad, poco a poco veía como todos se enloquecían de una manera u otra, yo intentaba relajarme después de haber trabajado toda la semana y mi mejor opción era con un baso de Whisky mientras "De música ligera" salía de un parlante retumbando en mis oídos.

Luego de un rato de solo ver a la nada decidí observar a mi alrededor hasta que lo vi.
Era un chico alto,rubio, de piel paliada y con unos penetrantes ojos verdes. Asumí por su delantal atado a su cintura que trabajaba en el bar, era simplemente hermoso, tenía una belleza especial,cautivadora y algo mística.

No entendía que hacía entre ese montón de bestias que se les notaba las intenciones en la mirada. Sabía que era su trabajo pero aún así me parecía absurdo.

Luego de un rato yo ya estaba totalmente consumido por el alcohol,por suerte nunca fui de hacer estupideces cuando esto pasaba, solo algunos mareos y a veces llegaba a vomito.

Y ahí estaba yo en mi mesa intentando seguir de manera correcta mi posición pero iba llegando otro y otro vaso de whisky a mi mesa, los cuales yo consumía hasta que uno de ellos me lo termine echado encima. Eso me había estresado ya que era un saco bastante caro el que tenía puesto y lo empecé a tallar con fuerza con una servilleta mientras sacaba gruñidos de mis labios.

-Necesita ayuda?- al voltear a el lado derecho de mi mesa ahí estaba, aquel hombre de los ojos verdes más vivos que nunca antes había visto. Antes de poder contestar el me dio un vaso de agua cosa que hizo que yo torciera. Yo no dije nada el alcohol no me lo permitía, el chico cuidadosamente me alcanzó una servilleta pero está vez si puede reaccionar con un "gracias" logrado que el contrario me respondiera con la sonrisa más acogedora que había visto en mucho tiempo, luego de esto sonó  un chiflido acompañado con una voz que decía "meserito"desde una de las mesas y el se fue a atender.

La noche siguió transcurriendo con normalidad solo que por mucho que ahora me costara concentrar mi mirada no podía dejar de verlo, cada vez era más cautivador, cada cosa que hacía ya sea rellenar vasos con diferentes tragos o levantar a hombres que estaban en el piso borrachos mientras le faltaban el respeto a el y a cualquier que se acercara, por alguna razón el hacia que se viera de manera delicada y precisa.

Al llegar a las dos de la mañana decidí irme no sin antes darle las gracias a ese inolvidable chico.

-De verdad gracias, me sirvió mucho tu ayuda- yo sabía que estaba exagerando pero no me importo, yo solo quería hablar con el "meserito" o al menos así lo llenaban ahi.

-No hay de que, es mi trabajo, que tengas una bonita noche- decía esto con una sonrisa que desprendía calidez pero un poco de melancolía.

Luego salí del bar y me dispuse a ir a mi departamento, aún así no podía dejar de pensar en ese chico de belleza tan fascinante.

En el próximo sábado me dispuse a ir al mismo bar, a la misma hora esperando ver a ese chico que me tenía tan cautivado.
Al entrar examine el lugar con los ojos buscando a esa persona que tanto me interesaba, al no verlo saqué un leve suspiro de mi boca y me senté en una mesa cercana de la entrada principal.

Luego de un rato bebiendo y fumando un par de cigarrillos noté que el pesado ambiente de el bar se aliviaba cada vez más y al escuchar otra vez a un hombre que se encontraba a unas mesas de mi supe de que se trataba.

-Meserito, más whisky rápido- esto de verdad me puso contento, me ilusionaba la idea de volver a ver a ese chico, al ir a atender a ese molesto cliente cursamos miradas por pocos segundos lo cual provocó que el me dedicara una sonrisa la cual apenas le pude devolver.

La noche transcurrió con normalidad, cada cierto tiempo nos sonreíamos pero como tal no hablamos ni una palabra, hasta que terminó su turno y como si el destino lo quisiera me dio el impulso de salir de ese bar atrás suyo.
Al salir me lo encontré con un abrigo algo más grande que el y si ese delantal que siempre utilizaba mientras el humo blanco de su cigarrillo iba desapareciendo poco a poco con la oscura y espesa noche.

-Me vas a seguir viendo?-Escuche de la nada, me sorprendido el hecho de que se diera cuenta de mi presencia pero aun así estuve un rato sin pronunciar ni una palabra. -Quieres ?- dijo mientras se sacaba el cigarro de su boca y se volteaba hacia mi dirección, sus profundos ojos chocaban con la oscuridad de la noche, cosa que cada vez me cautivaba más, esta vez solo dije si con la cabeza y tomé el cigarro. Luego de un rato ya me acostumbre a su presencia y nos dispusimos a hablar de nuestras vidas, el trabajaba en el bar desde los 15 ya que las cosas en su casa eran complicadas pero ahora lo más importante para el es sacar adelante a su hermana de 12 ya que su mamá murió por una enfermedad, el parecía bastante tranquilo hablando de esto pero con un aire de melancolía, yo le conté que trabajaba en una oficina que era de mi padre.

El no paraba de sonreír de una manera amigable lo cual me tranquilizaban, luego de un rato vi que colocaba una de sus manos en su bolsillo, al parecer buscando algo, cuando parecía encontrarlo saco de su bolsillo sacando un billete el cual me lo acercó.

-Te doy plata para la nafta si me llevas, aceptas ?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Entre el humo de tu cintura - Francisco X Esteban Donde viven las historias. Descúbrelo ahora