𝐽𝑢𝑛𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠

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La noche en el palacio empezó a caer y con ello el descanso de Kai.

El día fue vagamente tedioso para el. Estar todo el día asistiendo junto con el príncipe Lloyd a sus clases y actividades era cansado.
Siempre mantuvo la idea de que El rey Garmadon exageraba mucho con las actividades de su hijo. El príncipe casi no tenía tiempo para el mismo y poco a poco empezaba a sentir monotonía.

Desde muy joven empezaron a enseñarle que el solo vivía para el pueblo, para su gente. Y aunque el Príncipe siempre tomo ese cargo con mucho orgullo. Se podía notar la tristeza que tenía de no tener su libertad.

Cuando estaba apunto de retirarse para descansar, Morro, su jefe lo mando a llamar. Algo que hizo que se sintiera más fastidiado de lo que ya estaba.

-¿Me llamo?- pregunto cuando se encontró con Morro.

-Si solo quería que...Estás bien?

Cuando Morro lo observó vió que Kai estaba pálido y muy cansado. Su cuerpo estaba temblando un poco y tenía unas ojeras que advertían de su estado.

-Todo el día estuviste así? Por qué no me avisaste?- Se acercó para después posar su mano en la frente de su contrario. Al parecer no tenía fiebre.

-Estoy bien no te preocupes. Emmm solo estoy un poco cansado.-Afirmo Kai tranquilo como siempre. - Que necesitabas?

-Olvidalo vete inmediatamente a descansar, solo quería que le avisarás a Lloyd que mañana se suspenden sus actividades, ya que el rey dará una visita urgente al pueblo. Y afortunadamente también tu puedes descansar mañana.

- Oooo solo era eso? Puedo ir a avisarle y de ahí ir a descansar. Será rápido.-Dijo tratando de ocultar su sonrrisa. Algo que no funciono.

-Mmmm bien pero te quiero verte descansando cuando llegue a las habitaciones de descanso.

-Claro no hay problema. Entonces me retiro.

Morro consideraba a Kai y a los demás chicos como sus hermanos pequeños. Desde muy chicos fueron entrenados para ser guardias reales. Pero antes de empezar ese cansado y difícil camino, en la etapa del orfanado, siempre fueron unidos como hermanos. No podría imaginar que sería de el si solo perdiera a uno de ellos. A un integrante de su familia.

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Kai caminaba entre los pasillos del palacio real, tranquilo. Disfrutando del silencio que esté portaba por el momento. El viento empezaba a golpear las ventanas y los truenos empezaron a sonar anunciando que pronto empezaría a llover.

Cuando llegó a la habitación del Príncipe tomo un gran suspiro mientras empezaba a temblar. El tenía sentimientos por Lloyd desde hace más de un año. Y ahora esos sentimientos cada día empezaban a amenazarlo de desbordarse del límite que puso.

Cuando estaba decidido a tocar la puerta Lloyd lo llamo.

-Pasa. ¿Qué esperas?.

Lloyd tenía un olfato nato. Ya tenía una lista en su memoria del olor de cada persona que conocía. Había olores que el odiaba, como los de algunos alumnos de su padre, olores que le agradaban, indicando que esas personas eran de confiar. Olores que recordaba con nostalgia, como el abrigo que tenía guardado en su armario, dueño de su madre. Y olores que le molestaban, no era por qué esas personas eran malas en esencia si no que les traían malos recuerdos.
Pero entre todos ellos había un olor que amaba. Que deseaba con su alma dejar que su nariz  disfrutara de ese  aroma. Ese olor era de 𝐾𝑎𝑖.

 🔞𝐴𝑙𝑚𝑎𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑎𝑠 🔞Where stories live. Discover now