𝖣𝗎𝗋𝗆𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈 𝖼𝗈𝗇 𝖾𝗅 𝖾𝗇𝖾𝗆𝗂𝗀𝗈.

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AFTER: en mil pedazos. 🪐

Me senté en la gran mesa, no dude en cruzarme de brazos al ver toda la comida que yacía sobre ella.

Nunca antes había visto un desayuno tan contundente como el que estaba frente a mi justo ahora. Sentí mi rostro ponerse rojo al escuchar mi estómago rugir con fuerza, levante mi mirada apenada al escuchar la pequeña risa que salía de los labios de Negan, quien esperada de pie frente la puerta, a sus demás esposas.

Él me sonrió de forma cálida, fruncí el ceño ante eso, no era para nada normal en alguien como él.

El hombre asintió de forma leve dándome el permiso para empezar a comer, aún que no quería, moría de hambre, así que no me negué a su permiso.

Con pena, tomé una tostada y le puse miel de maple, de una forma considerable.

“Mi estómago, mi bebé, lo necesitaba.”

Ayer no había comido casi nada, por la tensión que sentía, por la noche, cuando me puse a pensar, me di cuenta que me haría daño a mi misma, y a mi bebé si no comía, tengo que alimentarme para que él o ella crezca bien y sano.

⚊“Lo hago por él o ella.”

Levanté mi mirada y fruncí el ceño al ver como Negan, no apartaba su gran sonrisa y mirada de mi, me incomodaba de sobre manera, él me miraba como si fuera la única mujer en el mundo, mientras que por las noches, yo planeó su muerte.

“Increíble, ¿no?”

Su sonrisa parecía sincera, lo tengo que admitir, era bastante linda, para alguien tan frío y hijo de puta como él. Si lo hubiera conocido antes de toda está mierda, antes de conocer a Daryl, antes de que matase a mi hijo, creo que si, hubiera llegado a tener algo con él.

Muchas veces pensé en ¿qué fue del viejo Negan?, no lo sabía, pero algo en mi, me decía que ese viejo Negan, no se comparaba nada, a este Negan.

—¿Está bueno? —Preguntó, caminando de forma lenta hasta su asiento, el cuál quedaba a mi lado—.

—No me quejo. —Murmuré al terminar de tragar— ¿Y las demás?

—Ya llegaran. —Murmuró de igual forma, antes de tomar un sorbo de su café— No me importa de igual manera.

Me encogí de forma leve ante sus palabras, volviendo a lo mío, no me importaban mucho la verdad, tampoco quería cruzar muchas palabras con él, no tenía que darle mi confianza.

Levante mi mirada al escuchar unos pasos acercarse, le sonreí de forma leve a Isaac, cuando dejó un vaso de jugo frente a mi, él no me devolvió el gesto, no me lo tomé muy personal, lo entendía, las reglas de Negan se respetaban de sobre manera en este lugar.

“Nadie mira, toca o le sonríe a su nueva esposa.”

Era raro para mi, con las otras chicas no tenía esas reglas, a demás de que ningún hombre se acerca a ellas, pero después de eso ellas pueden hablar o socializar con otros, menos yo.

Solté un suspiro en cuanto me sentí lo suficientemente satisfecha, tomé mi vaso de jugó y tomé un poco de el, mirando de reojo a Negan.

Anoche pensé mucho en Eugene, quería verlo, saber como estaba, lo vería con o sin su permiso, pero primero, tenía que hacer la prueba, antes de meterme en problemas por no preguntar.

—¿Pasa algo? —Preguntó el hombre sin mirarme—.

—No. —Murmuré dejando el vaso sobre la mesa nuevamente— En realidad, si.

𝖠𝖥𝖳𝖤𝖱: 𝖾𝗇 𝗆𝗂𝗅 𝗉𝖾𝖽𝖺𝗓𝗈𝗌. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora