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La tía abuela de Blas murió ayer. Mañana se hará el velorio y pasado el funeral.

A Blas no le importa tampoco. Es vago decir que no tiene ningún recuerdo con ella, pero es técnicamente la verdad. El padre de Blas se alejó de esa familia apenas cumplió la mayoría de edad, por lo que Blas y su hermana nunca tuvieron un contacto estrecho con la familia Polidori.

Blas fue obligado a tomar un avión e ir al funeral de la vieja decrepita, en forma de representar a su familia, porque obviamente nadie quería ir y lo mandaron a él por ser el menor.

"Si te ve mi vieja, capaz te deje herencia".

No sabe si su papá estaba bromeando cuando le dijo eso, pero aquí se encuentra, bueno, ahora está en un bar, pero mañana estará ahí.

—¿Alguno de tus primos está bueno?—Le pregunta su mejor amigo, mientras ambos buscan a alguien lindo con quién follar luego—Espero que no sean un Blas fornido o algo así.

Blas rueda los ojos. Está apoyado de espaldas a la barra, ojeando a cada chica y hombre que pasan delante de él. No tenía ganas de una chica hoy, quizá un tipo que lo deje montarlo.

—Todos mis primos son rubios de ojos azules—O al menos todos los que recuerda, hace años no veía a sus parientes.

—Puta—Juani maldice a su lado— ¿y a vos qué te pasó?

—Sos un puto—El chico ríe y le pega en el brazo—, callate.

—Vos también sos puto, no te hagás.

Blas entrecierra los ojos.
—Soy semi-puto, es distinto.

—Esa es tu excusa para ser una pe–

De repente, Blas divisa a un hombre rubio y alto entrar al bar. Demasiado lindo como para dejarlo pasar.

Sí lo quiere, lo va a tener.

—Rajá de acá, Juani—Interrumpe a su amigo y le pega varias palmadas en el hombro.

Juani queda ofendido y confundido.

—Che, pero–

—Pero nada—Blas interrumpe de nuevo. Pone su mano sobre la cabeza de Juani y le apunta al rubio—. Mirá ese mino, andate.

El de ojos azules lo observan unos segundos. Era un tipo alto, delgado pero no tanto, con barba y bigote rubio. Y se acercaba a la barra.

—¿Por qué te gustan los que podrían ser tu viejo?

Blas no responde y lo empuja lejos. Con suerte el tipo ve el espacio vacío y se sienta junto a él.

Juani desaparece entre la multitud. Cuando le echa la última ojeada, este le saca el dedo del medio con una sonrisa fingida.

Ya pasarán tiempo juntos luego. Ahora quiere liberar su estrés para poder acumular más mañana.

Vuelve a acomodar la espalda contra la barra, con los codos sobre ella. Agarra su mojito y toma desinteresado.

Finge no estar mirando al rubio cuando se acerca hacia él y ocupa el puesto de Juani hace unos minutos.

1 punto para Blas.

Sigue tomándose su mojito, haciéndose el interesante.

Lo mira de reojo y sus miradas se cruzan.

La mirada del rubio es tan penetrante que hace que a Blas se le pare el pene, valga la redundancia.

Blas le dedica una pequeña sonrisa ladeada antes de despegarle la vista.

—Che, disculpa—El hombre habla. Tiene una voz suave, pero masculina, es linda—. Siento que te conozco.

𝗙𝘂𝗻𝗲𝗿𝗮𝗹 ᵇˡᵃˢ ˣ ᵉˢᵗᵉᵇᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora