CAPITULO IV

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Toda historia tiene un inicio, quizás sea algo muy simple desde una pequeña mirada, pero a lo largo de la vida ese momento queda marcado pues será el inicio de algo muy bueno o malo.

Después de que Barry fuera atendido por Caitlin en las afueras de la Ciudad, la castaña sonreía de forma notable por no haber sido plantada por Barry.

Caitlin de tan solo 15 años sabía perfectamente que estaba enamorada de Barry sin comprender muy bien lo que sentía su corazón latía fuertemente cada vez que estaba con Barry.

Desde el día que fue rescatada por el velocista carmesí en un bosque donde trataba de poder controlar sus poderes y haberse perdido llevaba horas sin saber dónde estaba.

Quizás nadie la podría rescatar pero la castaña empezó a oír algunos ruidos extraños… dos risas la de un hombre y una mujer, sus murmullos eran claros y platicaban de su futuro hermoso que vendría.

Caitlin en ese momento grito al lastimarse y lo último que pudo escuchar o ver fue un…

Rayo y la mancha de un hombre que corría a gran velocidad, su mente gritaba que ese sería su fin hasta que pudo ver al hombre tan solo era un niño castaño quizás de unos 12 o 13 años de edad quien la rescató.

¿Estás bien? — Pregunto el castaño —
Me he perdido y me lastime no puedo caminar. — Dijo la joven Caitlin —
Si gustas te puedo llevarte fuera de este bosque y te dejo en la Ciudad ahí puedes buscar a tus papás. — Dijo el castaño —
¿Y por qué no me ayudas a buscar a mis papás? — Preguntó Caitlin —
La situación en la Ciudad con mis compañeros es delicada si me ven contigo solo complicare las cosas, pero te sacaré de aquí, solo déjame ir a decirle a mi novia que regreso en unos minutos.

Con esas últimas palabras el castaño desapareció de la vista de Caitlin quien solo sentía su corazón latía de una forma acelerada… ese chico había sido el tercero en hablarle sin importar quién era ella.

Los primeros dos habían sido sus mejores amigos Cisco Ramón y Iris West.

Solo unos segundos después regreso el castaño quien la cargo como si fuera una princesa y ella al instante se sonrojo pues el único que la había cargado así era su padre Thomas Snow, en ese instante pudo escuchar la voz de ella…

De la novia de ese chico tan amable.

Regresa lo antes posible, Barry te amo. — Fueron las palabras de esa chica —

Mientras ahora el chico que la cargaba llamado Barry sonreía y hablaba.

Te amo mi vida. — Dijo Barry en un grito para que pudiera escuchar su novia

Ese recuerdo, Caitlin lo había guardado con todo su cariño pues supo que la persona que le ayudo fue Barry Allen al mismo que tenía ahora frente a ella.

Mientras Carla vio desaparecer al hombre que la hizo sentir viva después de años solo se quedó ahí sentada y abrió su cuaderno donde dibujo el rostro de ese misterioso hombre que ocasionó que su corazón palpitara como nunca lo había hecho.

Cada trazo que realizaba su sonrojo iba aumentando de solo pensar que dibujaba al hombre que la había hecho sentir feliz.

Al finalizar su dibujo solo lo pudo guardar como su mayor tesoro, el más importante y significativo… solo quizás la razón por la que no se casaría con Thomas Snow y para recordar lo que sucedió ese día lo puso por escrito en su diario.

NUESTRO PECADO EN AMORES DE CRISTAL Where stories live. Discover now