TaekJoo observo su reflejo en el espejo del baño con una mezcla de enojo y desazón. Descargó su frustración golpeando el lavabo, creando un estruendo que llenó la habitación vacía.
_-¿Por qué hay tantos depravados que les gusta este tipo de cosas? ¿Qué tiene de divertido que un hombre haga esto?.-_
Las maldiciones fluían sin descanso de los labios del moreno.
Con el rostro adornado por un maquillaje cargado, sus labios gruesos resaltaban con un intenso tono rojo. No se sentía para nada cómodo con esa apariencia. El maquillaje no encajaba con su estilo, al igual que el ajustado vestido rojo que tenía un gran escote que mostraba su pecho, que llevaba puesto. Debajo, vestía unas bragas negras de encaje, medias a juego y unos incómodos zapatos de tacón. Agradecía en silencio que Zhenya no estuviera presente para presenciar aquella escena. El rubio había partido a Rusia, dejando a TaekJoo en Corea después de invitarlo a acompañarlo, invitación que había rechazado debido a que no sabía cuándo sería su próxima misión.
Por un lado, lamentaba no haber aceptado la propuesta del ruso, pero por otro, se sentía feliz de que el haya ido solo a Rusia.
Pero sí tan solo Zhenya hubiera visto esto...
Negó con la cabeza para despejar una situación que prefería no imaginar.
Luego, planeaba canalizar su ira hacia el objetivo por su gusto retorcido, ya que era su culpa que Kwon acabara en esa situación. El coreano revisó nuevamente el baño para asegurarse de que estuviera solo y, a continuación, extrajo el pequeño dispositivo de escucha que pendía como un pendiente de su oreja.
_-Bastardo, solo espera a ser atrapado.-_
Concluyendo con lo que estaba haciendo, el moreno salió del baño, considerando que no estaría mal si, al atrapar al objetivo, le causaba al menos una fractura en un brazo o una pierna.
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Las luces parpadeaban intermitentemente, lanzando destellos irregulares en el pasillo. El sonido de unos pasos resonaba en el ambiente, amplificado por las paredes revestidas con un papel tapiz desgastado. Al llegar al final del pasillo, una neblina densa se cernía en el aire, no atribuible al humo de los cigarrillos. Los pasos se detuvieron abruptamente. Kwon TaekJoo se encontraba frente a una puerta custodiada por un hombre, cuya mirada escudriñadora recorría a Kwon de arriba abajo mientras susurraba algo por el intercomunicador en su oído. A pesar de ello, el guardia no apartaba sus ojos penetrantes de Kwon, quien se sentía incómodo. TaekJoo frunció el ceño, evidentemente molesto, y tras un breve momento, la puerta se abrió con un chirrido. El guardia indicó a Kwon que pasara, y él obedeció. No obstante, el interior resultó ser diferente a sus expectativas; en lugar de encontrar personas, solo había otro pasillo que se extendía ante él. A diferencia del anterior, que parecía un lugar de "entretenimiento barato", este era elegante, adornado con objetos costosos. "¿Acaso el exterior era un truco?".
Numerosas puertas, cada una vigilada por cámaras de seguridad, se alineaban a lo largo del pasillo. Kwon TaekJoo observó el pasillo con cautela, consciente de que, además de su misión, en ese lugar se llevaban a cabo otros "trabajos sucios".
Parecía que así se sentía cuando había intentado atrapar a Bogdanov.
De repente, rememoró el día en que se había infiltrado disfrazado de camarero en la mansión en busca de "Anastasia". En aquel momento, el moreno desconocía que "Bogdanov" era en realidad aquel tipo. ¿Cómo había acabado enredado con él? La imagen de ese hombre de cabello color marfil emergió en su mente; era realmente la persona más hermosa que había visto. Sacudió la cabeza, enfocado en su misión, TaekJoo recurrió a su autocontrol para disipar la imagen de ese hombre de su mente.
