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Kevin ya se había ido junto con Ale, para darle privacidad a la pareja, ya estaba todo bajo control y Eros podía con lo demás.

O bueno, eso pensaba Kevin.

—No entiendo porque teníamos que irnos— dijo Alejandra en medio de un bostezo. No entendía para que carrizo habían ido si solo Barbara estaba descompuesta del estómago, ella ahora estaba bien de su corazón y no hacía falta darles semejantes preocupaciones por algo tan... Simple como un malestar estomacal.

—Porque no era necesario que estuviéramos ahí, además tengo sueño y tú tambien.— le acaricio el muslo con una de sus manos ya que con la otra estaba al volante.

—yo digo irnos de nuestra casa, de  nuestra cama. Últimamente he estado muy cansada creo que necesito unas vacaciones y una buena cura del sueño. — volvió a bostezar y se acomodo mejor en el asiento.

—Una buena follada es lo que necesitas, te dejare bien cansada, que no podrás hacer nada más que dormir. Esa será tu cura de sue...— se había quedado dormida ¿Si habra escuchado lo que le dijo? Y se había quedado dormida con las piernas sobre el tablero.

Poco tiempo después habían llegado a su destino, una hermosa casa que Kevin se dió el lujo de comprar, ser abogado tenía sus beneficios y él estaba siendo reconocido en su trabajo y más trabajando en el mejor bufete de país.

Llamo a Alejandra ya que habían llegado y ella ni le contesto solo se acurrucó en el asiento. Suspiro y la vio con ternura, su chica era realmente hermosa y tierna.

Así que no tuvo otra opción que llevarla en brazos hasta la casa.

¿Que tanto había comido esa mujer? Pesaba el triple de la última vez que la cargo así, solo esperaba que cuando follaran pudiera hacer esas posiciones bien extravagantes que hacía rato no la ponían a prueba, porque sino sus pobres brazos no aguantarían mucho.

—Hueles rico— dijo adormilada dandole un beso en el cuello antes de dejarla en la cama,

No hacía falta que le colocara pijama, puesto que ambos se habían ido con todo y pijamas al hospital.

—descansa, nena— se acostó junto a ella arropandolos a ambos, la abrazo por la espalda trayendola hacia él, pocos minutos después se quedó dormido
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Barbara estaba dormida mientras que Eros la veía dormir, no dejaba de decir que su esposa era hermosa, demasiado para un simple mortal como él, es que sentía que era una diosa en todos los sentidos.

Y pensar que la conoció de una forma poco convencional, y por todo lo que tuvieron que pasar para llegar a ese momento.

El solo recordar que oido haberla perdido le apretaba el corazón, y es que no veía su vida si ella.

Había aceptado que si atracción por ella había empezado de una forma anormal casi enfermiza para los ojos de cualquiera.

Y es que hacer semejante locura, de hacerla firmar un documento de matrimonio sin estar al tanto de ellos era una verdadera locura.

Y realmente se sentía afortunado porque Barbara no solo acepto el matrimonio. Sino que también los sentimientos hacia el eran correspondidos.

Eso lo hacía preguntarse si el amor a primera vista existía y pues... La respuesta era sí, ellos eran la prueba de que el amor a primera vista existía.

— Desde que te ví... Supe que eras para mí — susurro antes de darle un beso y acostarse junto a ella, y quedar dormido poco tiempo después.

La doctora que estaba atendiendo a Barbara entro a la habitación y los vio dormir y prefirió volver luego.

Ya tenía los analisis de sangre y era mejor decirles los resultados cuando estuvieran ambos despiertos.

Salió sigilosamente y le informo a las enfermeras que los dejarán descansar, ella no corría peligro alguno pero si necesitaba sacar el alcohol que quedaba en su sistema, y nada que un buen sueño no pueda solucionar.

Ya cuando despertara se le administraría los analgésicos necesarios si tenía dolores de cabeza, sino con bastante hidratación y jugos de naranja serían suficientes.

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Las enfermeras cumplieron con la orden de la doctora, dejarlos dormir.

Y que bueno que lo hicieron aunque Barbara sentía que no era suficiente, ella realmente quería seguir durmiendo pero las camas de hospital no eran para nada cómodas.

Las ganas de orinar la despertaron y aún adormilada fue al baño.

Cuando regreso ya Eros estaba despierto, rascándose la barba.

—¿Cómo te sientes?— le pregunto cuando la vio salir del baño.

—con el estómago un poco revuelto, pero bien. Quiero ir a casa, estoy cansada, esa cama es de lo más incómoda.

—Esta bien— le dijo cuando se acercó a ella para darle un beso en los labios.— iré a pedir el alta médica.

estaba por salir cuandoa doctora entro en ese momento — buenos días, que bueno que ya están despiertos, pedí a las enfermeras que no los despertaran, la señora Adams necesita descansar.

—¿Descansar por qué? — pregunto Eros frunciendo el ceño.

—¿Pasa algo malo?

—Oh no, tranquilos, no es nada grave.

—¿Entonces?—prefumto Eros ya impaciente.

—Ya tengo los resultados de los análisis que se les realizaron y pues déjeme decirles que tiene el colesterol y los triglicéridos elevados, trate en lo posible de no ingerir tantas grasas, harinas  y azúcares.— dijo la doctora ojeando la carpeta con su ficha médica

—Creo que eso es mi culpa doctora— dijo Eros abrazando a Barbara, se sentía terrible, ¿Cómo podía ser tan negligente? Se supone que estaban haciendo sus alimentos sanos pero todos los fines de semanas sin falta eran para dedicarse a las comidas diera del menú dietético.— no creí que un día libre de comidas libres del menú le causarían daños.

—por suerte no están tan elevados pero si lo suficiente para que le afecte recuerde que ella tuvo un trasplante y ese corazón hay que cuidarlo.

—no volverá a ocurrir doctora de ahora en adelante comeré más balanceado.

—eso me parece bien, solo no exageres en los excesos, en tu estado no es bueno.

—¿Estado?— dijeron ambos al unisono

— ¿No lo sabían?... Bueno, felicidades estás embarazada.

La Rubia Del Ceo (+18)Where stories live. Discover now