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Tenía 6 años de edad en aquel cuerpo, si los sumaba a los de su antigua vida tendría 14 años.

Suspiro de dolor en el momento en que uso sus manos para poder levantarse de la cama.

_Duele

Murmuró viendo sus manos magulladas, habían heridas son cicatrizar, sabía lo suficiente para no dejar que sus heridas se infecte pero siempre se abrían cuando tenía que volver a hacer las cosas que le ordenan.

En su antigua vida su madre tenía una botánica, herencia del abuelo que era el curandero del pueblo, el planeaba ser doctor y por ello le pedía a su madre enseñarle cosas a su abuelo igual, ambos le enseñaban con gusto y cariño.

_¡Principe! Ve a preparar el desayuno.

No respondió pues hablar era algo que tenía prohibido en aquel lugar, se puso los pequeños y gastados zapatos, le quedaban muy apretados pero eran lo único que tenía.

Fue a la cocina y empezó a preparar el desayuno al terminar escondió una porción en su inventario como cada día, debía hacerlo si quería comer.

Aquellas tres personas se sentaron a la mesa que el había preparado.

_Ve a traernos vino.

Ordenó bruscamente el caballero, hizo lo pedido y se fue una vez los tres empezaron a comer.

Aunque el dios malhumorado lo había mandado a esa vida de mierda el no se quedaría con los brazos cruzados, después de todo el dios por lo menos cumplió al darle las dos cosas que pidió.

Un inventario infinito y una habilidad de copia perfecta (solo debía tocar a alguien para copiar sus habilidades y experiencias)

Era una habilidad que había leído en un fanfic y le pareció muy op.

Todo el día lo paso limpiando cada rincón de esa torre las pausas eran para hacerles de comer y "entrenar" a la espada, la verdad es que era una escusa para que aquel caballero lo golpeara, a pesar de ya haber copiado sus habilidades el no quería que se enterará de que podía defenderse además lo que él usaba ni siquiera podía llamarse espada de madera era un simple palo que se rompía al primer golpe del caballero.

_Ahora que lo pienso.

Murmuró el niño ve dando sus manos luego de haber untado una medicina que el mismo preparó con algunas plantas del "jardín". Al parecer estás personas no sabían que eran y solo decían que era mala yerba.

_No recuerdo mi nombre

Miro el techo mohoso con precaución.

_Tampoco tengo uno en esta vida, no quiero llamarme príncipe.

Se acostó en la cama lentamente para que no valla a terminar de romperse.

_¿Matías? No... ¿Qué tal Brayan? Ni de broma... Entonces, recuerdo... Ya sé, abuelo usaré tu lindo nombre en esta vida, espero hacerte orgulloso de ello.

Murmuró mirando la luna por la ventana.

_Lo haré, Azrael.

Fue lo último que dijo antes de caer dormido.

Fue lo último que dijo antes de caer dormido

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Ya tenía 8 años en este cuerpo, gracias a los constantes maltratos su cuerpo fue acostumbrándose al dolor causado por ellos, ya no le molestaban las palizas que se hacían más fuertes conforme pasaba el tiempo.

Miro su inventario que tenía toda la comida que estaba en el almacén de la torre, su mirada fue luego a las tres personas muertas que estaban sentadas a la mesa con sus caras sobre la sopa envenenada que les había servido.

¿Si nadie lo salvaba no significa que es él el que debe hacerlo?

Sonrió levemente se dirigió a las habitaciones de cada uno y tomo todo el oro escondido, tomo telas y otras cosas que podría necesitar por último tomo la recién comprada espada del caballero. La guardo en su inventario y luego camino calmado hasta la salida.

Prefería morir en una aventura que encerrado en aquella torre de tortura.

¿En Qué Infierno Renaci? PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora