LXVIII

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En un prado de suave y verde manto, se alzaba un cielo azul como encanto, donde el sol acariciaba la piel del campo, y el aroma de las rosas dra un llanto.

Con un lápiz de sueños y esperanzas, dibujé en mí mente la danza de las danzas, mientras el prado susurra en su quietud, el dulce murmullo de la miel en su virtud.

Las rosas danzan al compáz del viento, pintando el prado con su dulce aliento, mientras el azul del cielo se despliega, y la miel de la vida en el alma anega.

Con el lápiz tracé versos en el aire, mientras las rosas teñían mí ser sin desaire, y el prado era testigo de mí inspiración, mientras la miel embriagaba mí corazón.

Bajo el cielo azul, en ese prado eterno las rosas bailaban con un ritmo tierno, y cada trazo de mí lápiz en acción grababa en el alma esa dulce sensación.

KAVITĀ © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora