𝘊𝘩𝘦, 𝘷𝘪𝘴𝘵𝘦 𝘛𝘸𝘪𝘵𝘵𝘦𝘳? 彡【𝐋𝐒𝐃𝐋𝐍】[EN EDICIÓN/REMODELACIÓN]

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¿Qué si como se sentía? En pocas palabras: bastante mal, pero tratando de llevarla.

Era estúpido que se pusiera así por algo que claramente no tenía el control, era obvio que algo como eso iba a suceder tarde que temprano pues solo era la vida haciendo su curso normal.

Enzo era un actor y antes de un actor era una persona, normal que tenga una vida y quiera vivirla, la relación parasocial que sus fans se hayan hecho en la cabeza ya era problema de ellos, no de él.

Por eso ese día apenas vió la noticia, se quedó petrificado en la acera, no pudiendo despegar los ojos del teléfono mientras que atrás de él estaban sus amigos con una cara de horror temiendo por lo que pasaría.

Ese día Matías demostró lo que estaba aprendiendo en la facultad con posiblemente su mejor actuación hasta el momento.

Se volteó en dirección a sus amigos mientras se encogía de hombros, con una mirada que aunque lo intentaron, ninguno pudo leer. Una risa seca saliendo de sus labios mientras apagaba el teléfono y lo metía a su bolsillo.

"¿Qué? ¿Tengo una pija dibujada en la cara? No pasa nada, che. ¿Qué pensaban que me iba a deprimir y llorar el resto del camino y gritar porque ese no soy yo? Enzo es un actor, obviamente sé los límites de mi enamoramiento." Fue lo que les había dicho, con tono indiferente pero ya conocido para los demás, como si no hubiese pasado nada, volvió a reír y siguió hablando animadamente con los chicos hasta llegar al departamento, donde todos cenaron, se descansaron y terminar yéndose cada uno a su propia pieza, excepto Agus, que les dijo que esa noche la iba a pasar afuera de nuevo, lo cual Matías agradecía pues su pieza quedaría solo para él.

Y solo fue en ese momento después de cerrar la puerta de su habitación, que Matías se permitió a sí mismo sentir de todo

Apenas terminó de leer las respuestas en su teléfono, lo apagó y tiró al lado de su cama, resoplando exhausto sintiendo un dolor en su pecho, ese que le daba cuando corría o como ahora, por sentir tanto.

Él lo sabía, él estaba consciente y no era tan tonto o ingenuo como para vivir en un cuento de hadas y delirio todo el día. Él sabía que aunque Enzo fuera una gran parte de su vida, para él uruguayo no era más que una estadística, un conjunto, un número, un aglomerado, pues ¿en qué se diferencia Matías con sus demás fans? Y rápidamente encontró su respuesta.

"En nada" Y eso lo devastó.

Estaba a punto de tirar se un sueño deseando quedar en estado vegetal cuando su puerta fue abierta de manera bastante estrepitosa.

— ¡Gordis no te hagas nada, porfa! — Imposible no reconocer esa voz al instante, se dió la vuelta aún en su cama y pudo ver a un Francisco alternadamente cerrando la puerta detrás de él y sentándose en su cama.

— ¡¿Qué?! ¿Qué hacés acá, boludo? Tú departamento queda a media hora. —

— Ponele, sí, y créeme que fue re asqueroso medio camino correr y medio camino camión, luego en un bache pegué alto salto que me di en la cabeza y ya pensaba ir a urgencias, no bueno: tremendo. Pero tú eras más importante, che.— Para el castaño era sorprendente la capacidad que el ojiverde tenía para hablar tanto y sin parar, pero no le quitaba el mérito que era un buen entretainer.