¡No Morí! ¡Y Salí Ganando! Creo...

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Kazuma llevaba aproximadamente 10 minutos leyendo página tras página de habilidades desbalanceadas y poderes increíbles que lo ayudarían a ser un héroe en el nuevo mundo...

Sin embargo por cada nueva habilidad, objeto u arma que miraba la indecisión aumentaba, cada elemento de todas estas páginas eran básicamente hacks, si estuviera en un juego serían considerados trampas.

-oye, date prisa, realmente da igual que elijas, nadie espera mucho de un Otaku Hikkikomori como tu-. Una bella mujer de largo cabello azul y vestimenta a juego habló desde su trono con aburrimiento mientras comía papas fritas...

¿En serio hay cosas tan mundanas como papas fritas en el cielo? O sea, ¿Los dioses comen comida chatarra?

-¡Oye! ¡No soy un Otaku! ¡Y morí fuera de casa! ¡No soy un hikkikomori!-. Protestó Kazuma agresivamente golpeando el suelo, levantando las páginas de habilidades.

-da igual todo eso, solo date prisa, tengo a otros muertos que atender-. Respondió ella sin mucho interés.

-"¡Ugh! ¡Que odiosa! ¡Ella se cree la gran cosa solo por ser linda!" ¿Hm?-. Los pensamientos e ira de Kazuma se vieron interrumpidos cuando una página diferente tapó su visión, parpadeando la tomó antes de que cayera.

Era una hoja de color negro con un tosco dibujo de...¿Demonio? Y algunas descripciones.

"Rey Demonio Express"


Convierte al usuario en un Demonio de gran poder alimentando su energía con sus pecados, deseos y voluntad

Ventajas: reactor de magia (corazón de demonio), aumento de todas las estadísticas (demonifica el cuerpo), enorme poder mágico, evolución, longevidad.

Desventajas: gran vulnerabilidad a elementos sagrados, problemas mentales, muerte = dejar de existir, no hay reencarnación ni cielo, ni ningún otro lugar.

-"¿Que tan fuerte sería realmente, no hay mucha información de eso..."-. Como si la página leyera su mente, los escritos se distorsionaron formando nuevas palabras

El poder de base es superior al Rey Demonio vigente y puede crecer exponencialmente hasta oponerse a los Dioses.

-ohhhh...-. Kazuma parpadeó y una sonrisa se formó en sus labios. -lo tengo, será este-.

-¿Ya? Finalmente, bien, quédate quieto y prepárate, voy a...-.

¡Despejen!

-ugh!-.

-¿Ah?-. La diosa parpadeó al escuchar una voz de fondo y ver como el castaño se desplomó sosteniendo la página contra su pecho.

¡Otra vez! ¡Despejen!

-¡Agh!-.

-¡Ay no! ¡Esperen! ¡Esperen! ¡Dejen lo muerto! ¡Aún no termino con...!-.

-¡Despejen!-.

-¡Hm!- Kazuma abrió los ojos de golpe, como si hubiera despertado de un sueño.

Lo primero que notó fueron las luces en el techo.

Lo segundo fue el blanco de las paredes

Y lo tercero fueron los desfibriladores que estaban cargando para seguramente volver a electrocutarlo.

-¡Para para para! ¡Estoy vivo! ¡Estoy vivo!-. Gritó frenéticamente sentándose en la camilla de hospital.

Espera, ¿Estaba en el hospital? ¿Y por qué su ropa estaba mojada?

De Chicas Mágicas y HikkikomorisOù les histoires vivent. Découvrez maintenant