XV - Una voz dulce y calida (Parte 2)

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Se fue acercando poco a poco mientras sentía como se desvanecía la maldición que impedía su paso. Se encontrában siempre en el mismo bosque, en una zona donde se creaba un círculo de árboles, allí apreciaban cada eclipse que hacía posible su reencuentro. Cuando logro ingresar al círculo observo un campo de pasto verdes y largos. Había pasado tiempo desde la última vez que fue a aquel lugar en el que, sin intención, en un momento desesperado, había eliminado todo rastro de vida. Fue rodeando el pastizal esperando sentir su presencia, solo tuvo que esperar unos segundos hasta que el aroma de su perfume llegara hasta ella e hiciera que suspirara de nostalgia. Allí estaba él, del otro lado intentando acercarse lo más posible, ansioso como de costumbre.

-si haces eso te lastimaras -le dijo con una sonrisa, aunque estaba preocupada- sabes que es peligroso intentar traspasar la barrera.

-merece la pena si puedo estar, aunque sea un centímetro más cerca de ti, mi Selene.

Así era siempre, su amado, su Helios. Alto y fornido, de cabellos colorados y ojos color ámbar. Se había dejado una tupida barba de un rojo intenso, que iba con su personalidad a la perfección. Pudo observar de lejos los tatuajes en su brazo izquierdo, que hacían juego con los que llevaba ella en su brazo derecho, se lo habían hecho juntos el eclipse anterior a este. Habían pasado una infinidad de eclipses juntos, y cada uno de ellos había dejado una marca de amor en su cuerpo.

-haz estado ejercitando, cariño.

-tengo que matar el tiempo de alguna manera.

La hizo reír, ojalá se pudiera matar al tiempo. Cada vez que se podían encontrar sentía como si fuera otra persona, una muchacha joven y alegre, alguien viva y libre. Alguien amada. No una prisionera cautiva de esa maldición. Cuando estaban juntos, no existía tal cosa, solo eran ellos, eran uno mismo.

-pues, yo aprendí un poco de danza clásica. Este país tiene una hermosa manera de practicar el Ballet.

-entonces ¿bailarás para mí, como en los viejos tiempos?

-si hubiera música lo haría encantada.

Sonrió mientras sacaba un diminuto parlante con un dispositivo de almacenamiento conectado.

-pues, que suerte que vengo preparado. Supongo que recordarás esta canción - dijo mientras se acercaba al centro del círculo, el eclipse poco a poco entraba en su punto -pareciera escrita para nosotros.

Antes de que empiece a sonar la melodía, ella ya sabía de qué canción le hablaba, por lo que comenzó a tararearla, pocos segundos después se escucharon los instrumentos de la orquesta y una voz femenina tan dulce y armoniosa que hacía que se deje llevar por la historia de amor a la que le cantaba.

Inicio con unas vueltas suaves y elegantes, colocándose de puntas de pie y alzando sus brazos, bailando al son de una triste balada, de un amor imposible, acercándose cada vez más a él.

Il, il n'est pas fou

Il l'aime c'est tout

Il la vit partout

Il l'attend debout,

Debout, une rose à la main

Non, non plus rien ne le retient.

Cada estrofa de aquella canción hacia que empiece a recordar toda su historia y como habían llegado hasta allí, por lo que las lágrimas no tardaron en aparecer. Sentía que el viento la envolvía, tan cálido como su corazón en aquel momento, y su piel se arrebolaba al sentir su mirada. Él la amaba, y ella lo sabía. La esperaba cada día que pasaban separados, con la esperanza de que algún día pudieran compartir su eternidad juntos.

Prends ma main

Promets-moi que tout ira bien

Una promesa tan antigua, tan pura. Sin embargo, nada estuvo bien desde entonces, desde que desafiaron a la ley y a los dioses. Esa maldición lo arruinó todo.

Estaba ya a dos metros de Helios, el eclipse inundaba todo con su oscuridad, mientras ella seguía danzando con gracia, se sentía bella y admirada por el hombre que adoraba con su vida misma, bailaba a su alrededor dando los giros más elegantes que me permitieron sus pies descalzos, intentando por un solo instante no pensar en nada, solo sentir amor. Un amor tan fuerte que le quemaba el pecho, que inundaba sus noches de las peores pesadillas, así como de hermosos sueños. Lo único que le impedía ser libre era ese sentimiento. Pero sin él... ¿qué sería su vida sin él? ¿de que valía la libertad si no podía estar a su lado?

Dans sa love story

Dans sa love story

Dans sa love story

Sa love story

Antes de que se diera cuenta, el eclipse entró a su punto y le permitió por ese instante desafiar nuevamente a aquel que los habían dividido. Por fin estaba nuevamente a su lado, y mientras Helios le envolvía la cintura con su brazo derecho, sus manos se entrelazaron y comenzaron a bailar un dulce vals al ritmo de su trágica historia de amor. Parecían flotar sobre el pastizal, el viento los acompañaba en cada paso, mientras sobre sus cabezas el sol y la luna parecían hacer el amor.

Selene largo una risa tonta que broto de lo más profundo e inocente de su ser, de esas que largan las jovencitas enamoradas, sintiéndose feliz, extasiada y completa una vez más.

Era el, por el amor al universo, era él.

Solo necesitaba eso, tocarlo, sentir el calor de su piel sobre la suya, y escuchar su voz susurrando aquella canción con un delicioso acento en su oído. Tomo su rostro entre sus delicadas manos mientras él la abrazaba, aun bailando al son de un coro de ángeles, y lo beso, primero con suavidad y dulzura, luego con más ansias. Cuando se separaron sus respiraciones estaba agitadas y sentían la urgencia de sus cuerpos humanos.

La canción aún no terminaba, por lo que ella siguió danzando para él, mientras el deshacía la ropa de sus cuerpos. Le saco lentamente la camisa, pasando la yema de sus dedos por sus brazos, y la piel se le erizo al sentir el aire fresco. La atrajo hacia él y sintió su pecho desnudo contra el suyo, provocándole un intenso placer. Helios coloco su mano en la nuca de Selene y volvió a besarla de una manera apremiante, encendiendo cada parte de su ser, mientras que con su otra mano acariciaba delicadamente su cintura, su espalda, dejando un rastro de su amor y deseo por todo su cuerpo, podía sentir como era recíproco este sentir, ya que ella soltó un leve gemido en su boca.

Mientras se escuchaba desde el altavoz el último coro, la ayudó a acostarse sobre el césped, quedando boca arriba mientras la despojaba suavemente del pantalón, besando sus piernas a cada centímetro. Después del eclipse tenían poco más de dos horas antes de que la maldición volviera a separarlos indefinidamente, por lo que disfrutarían de cada momento juntos. Se colocó encima de ella y le planto un dulce beso en los labios, de esos que a ella les encanta, escuchando que finalmente acaba la canción.

-je t'aime- le dijo Selene.

-te amo- le respondió Helios.

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Holiiisss!!
Espero que hayan disfrutado de este capítulo como yo al escribirlo. Para ser sincera está escena del vals fue la primera que escribí en todo el libro, y no podía esperar para llegar a ella.
No olviden comentar y decirme que les pareció🫶🏻
Gracias totales por llegar hasta acá!

-Vero

Lágrima de Luna (Versión Wattpad) #PGP2024Onde histórias criam vida. Descubra agora