Propuesta.

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Las hermosas lunas, brillantes como dos perlas, reflejando aquello que es capaz de matarlos. Reluciendo elegantemente el pequeño páramo de tundra que se puede encontrar en Copper-9. Dos figuras se encuentran descansando sobre un coche de lujo que milagrosamente parece estar en buen estado y reluciente de un intenso color ocre que conjuga con los 14 orbes dorados.

Dos gloriosas ángeles sin alas miraban atentamente con sus 7 ojos a una pequeña salida que daba directamente a la hostil meseta. Reflejando preocupación en sus agraciados ojos, incluso a pesar de tener el ceño fruncido, las dos damiselas mostraban mucha ansiedad y angustia. "Te lo juro, no habrá día en el que ese idiota llegue a tiempo. Si la compañía me dejase, yo misma lo mataría." Hablo severa y fríamente una chica de dos coletas mientras trataba de mantener la compostura y templanza. Aunque, su propio cuerpo la traicionaba, haciendo que su propia cola venenosa se agitase neuróticamente. "Uff, si ese idiota es demasiado estúpido. ¿Cómo no se puede dar cuenta de la hora? Hasta yo, que soy la que más disfruta torturar, no soy tan despistada como él." Añadió una mujer de corte bob con sus garras desplegadas y jugando con el costado del asiento, incluso arrancando cuero desesperadamente.

Ambas veían como lentamente los primeros rayos de sol salían por el horizonte. Aquella candente bola de gases que tanto les aterroriza. Estaba claro que lo que sea que esperasen, estaba en problemas y esto sólo las puso más ansiosas, sus ojos se intensificaron, lanzando cuchillas hacia los primeros indicios de Helios. Sus mentes empezaron a pensar en las posibilidades que le habrían sucedido a su tercera rueda. Pensamientos como: ¿Qué le habrá sucedido? ¿Estará herido? ¿Se habrá perdido? ¿Y si ha muerto? ¿Dónde está? Me necesita, él no es nada sin mí, él depende de mí. Eran los que bailaban en las cabezas de las preocupadas, incluso pasando de procesador a procesador.

Y cuando ya el sol estaba cubriendo gran parte del terreno. Un fuerte impacto que levantó la nieve las sacó de sus paranoias mentales, y delante suya, otro ángel descendió de los cielos. Aunque algo distinto a ellas, con un altura mayor, sacándoles tres cuartos de cabeza, en vez de una diadema de 5 orbes tenía 6, una cola mucho más larga que las de ellas, un cuerpo más masculino pero sin dejar esa estética femenina que les dotaba de agilidad, un pelo desaliñado y un gran abrigo peludo que cubría gran parte de su cuerpo.

El chico en cuestión llegó lleno de manchas negras, una gran cantidad de aceite que bañaba su cuerpo. Esta enternecedora imagen contento a las señoritas, incluso sintiendo hormigueos y calor por sus gélidos cuerpos. Pero, rápidamente, sus rostros de preocupación cambiaron a unos de total ira e indiferencia. "A buenas horas llegas tonto-bot."

"Ugh... ¡Hola chicas! ... Lamento la tardanza, me distraje en la cacería. Jejeje." Rio nerviosamente el cachorrito indefenso. Algo que la líder y el subordinado fue, que a pesar de su mirada de odio, la chica semidesnuda no apartaba la mirada del muchacho, en un punto su boca se abrió y dejó caer una gran cantidad de baba y un macabro sonrojo se extendió por su pantalla.

"Más te vale tener una buena excusa para haber tardado tanto, inutilidad sinérgica." Arrullo la líder del grupo con cierta repulsión, pero afecto.

"Eh... bueno... simplemente me distraje un poco... Aunque, hoy logré un buen número. Mate a 198 workers." Afirmó alegremente el chico. "Oh, y también me encontré algo cool." Rápidamente y sin dudas, el chico cogió suavemente la mano de su capital, ganándose un gemido de sorpresa, y poniéndose de rodillas delante de su compañera. El chico agarró el anular de la damisela y serenamente se lo colocó mientras le sonreía. "Mira, se ve lindo en ti. Sabía que las perlas relucían en ti." Sonrió suavemente a su sonrojada y nerviosa compañera. La cual estaba siendo apuñalada por los ojos de su compañera que estaba puesta en posición de caza. "..." J lentamente descendió la mirada hacia su mano y se encontró que ahí mismo brillaba como las propias lunas un anillo lleno de perlas blancas.

"Oh V, ¿Qué tal?" Pregunto risueñamente. Y corrió hacia su segunda compañera que por un lado estaba avergonzada porque N le dirigiera la palabra y por otro está furiosa con él por el regalo que le dio a su líder.

Pero, sonriéndole, el chico agarró la suave y ensangrentada mano de V y de igual forma se emocionó por la acción. Incluso se podría decir que se vino de la excitación. Y cuando salió de su trance imaginario en las formas que dominaría a N, un anillo reluciente brillaba en su delicada mano. "Sabía que el ágata rojo quedaría perfecto en ti."

"Bueno, yo ya estoy cansado, no se ustedes pero yo ya me voy a dormir." Dijo felizmente. Y mágicamente empezó a bailar en el aire con un fondo reluciente mientras su cuerpo brillaba multicolor. Su vestimenta fue sustituida por una camisa que ponía "I'm The Dog" y un pantalón corto. "Hasta mañana." Le dirigió una última sonrisa amorosa a sus compañeras, las cuales aún seguían estupefactas y pensando en lo que acababa de suceder. Y entrando en piloto automático, ambas chicas se movieron hacia el interior de su nave, se cambiaron de ropa y se pusieron dos grandes camisas grises en las que ponían "I love The Dog." Se acercaron a una gran cama King en la que descansaba su compañero cálidamente, levantaron la sábana y se acostaron a sus costados. Y una vez que salieron de su trance gritaron al unísono. "¡¡El idiota me acaba de proponer matrimonio!!"

Pendejas pendejadas que se me ocurren cuando llevo 300 g de cafeína en vena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora