Barrera de hielo (Saga "camino a la libertad 2")

Epílogo

BUEN DIA QUERIDOS LECTORES.

DEJARÉ EL EPÍLOGO POR AQUÍ Y ME IRÉ LENTAMENTE...

PERO QUE ANTES SEPAN, QUE LOS AMO Y PRONTO ESTAREMOS CON UNA NOVELA NUEVA, ESTARÉ DEJANDO LAS ADVERTENCIAS Y EL PRÓLOGO PARA QUE VAYAN CONOCIENDO UN POCO DE QUE VA LA TRAMA.

SABEN QUE NO SOY PROFECIONAL Y ODIO LOS COMENTARIOS HIRIENTES, ASÍ QUE NO JODAN LA VIDA DE LOS DEMÁS, SI ALGUIEN LOS JODE, NO SIGAN EL EJEMPLO...

ATTE: YUUKI THOMÉ

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

La ira ardía en mis venas. Mi ser entero temblaba ante la sensación.

— ¿Luka?

Escuche una voz muy lejana que me llamaba, pero me negaba a abrir los ojos. Quería consumirme, aferrarme a ese sentimiento y clamar por venganza.

—Luka, despierta —una dulce voz me llamó y un dulce perfume invadió mis fosas nasales—. ¿Luka?

Abrí los ojos lentamente y me topé con unos orbes marrones hermosos, con una cálida sonrisa un vientre abultado, esos hermosos labios adornados con una cálida sonrisa.

—Mi pequeña Lottie —susurré y cerré mis ojos de nuevo, me aferraría a ese sueño de ser posible—. Mi amor...

— ¿Estás bien? Estás sudando —su voz denotaba preocupación—. ¿Tuviste una pesadilla?

Tomé su mano y dejé un beso.

El calor que desprendía era tan real, quería quedarme ahí para siempre, en ese sueño, quería sentirla una vez más.

— ¿Amor?

Abrí grande los ojos y me golpeo la realidad, Charlotte estaba frente a mí con un vestido azul que resaltaba ese vientre abultado.

—Charlotte —la tomé de las manos con fuerza y se asustó—. Amor, estás aquí.

—Claro que estoy aquí —la solté y tocó mi frente—. ¿Estás bien? No tienes fiebre.

—Acabo de tener la pesadilla más horrible del mundo —se sentó en mi regazo y besé su vientre, subí lentamente hasta llegar a su mentón—. Oh amor, pensé que te había perdido, fue tan real.

—Solo fue un sueño, amor.

Me abrazó por el cuello y besó mi frente.

Entonces fui consciente de mi entorno, estaba en mi despacho. La chimenea crujía, el aroma a canela y madera era notorio, entonces tocaron a la puerta.

—Me duele la cabeza —miré a mi chica y entonces vi el anillo en su dedo—. Creo que te necesito conmigo ahora.

—Adelante —contestó ella sonriendo, pero no se movió de donde estaba.

—Buenas... —Iván cubrió sus ojos cuando nos vio—. Tienen una habitación enorme, con una cama descomunal y siguen haciendo esto afuera.

—Bueno —mi pequeña se levantó—. Escupe lo que tengas que decir, que mi esposo y yo tenemos que hacer otras cosas ahora mismo.

—La hemos encontrado...

Sabía que se refería a Sally. La perra se escondió también que tenía que encontrarla en algún momento.