EPÍLOGO

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ETHAN

Epílogo. Eso que más deseas

La música suave inundaba la estancia llena de personas por todos lados. Las luces tenues le daban un lindo toque, considerando que era la hora de usar la pista de baile en el centro del gran salón.

Las mesas eran grandes, redondas, decoradas con un mantel blanco y un ramo lleno de flores. Las sillas eran doradas al igual que ese enorme candelabro que colgaba del techo blanquecino. Había otra mesa rectangular aún más grande que encabezaba todo el lugar. Mesa, que solo podía ser ocupada por dos personas.

Curiosamente, yo era una de ellas.

En mi rostro de dibujó una sonrisa. Aquella rubia lucía hermosa, tanto, que no había podido quitarle mis ojos de encima desde que empezó la noche.

Desde que la vi caminar hacia mí.

Su cabello estaba suelto, lacio pegado a su espalda, ese pequeño velo había dejado de tapar su lindo rostro desde que yo se lo quité cuando nos detuvimos en el altar. Su vestido blanco había reemplazado por uno más sencillo y cómodo, uno que me dejaba ver sus pies cubiertos por esos tacones un poco altos.

Ella tampoco había dejado de sonreír.

Se encontraba sentada junto a su familia, con su madre a su lado. Al parecer Mike y Wendy habían dicho algo gracioso, pues comenzó a reír.

Solté una bocanada de aire.

No puedo creer hasta dónde he llegado.

Es como si en cualquier momento fuese a despertar.

Para salir un momento de mis pensamientos, seguí mirando alrededor. Alisson y Elliot estaban junto a la comida, bueno, más que todo la pelirroja, mientras que mi gemelo estaba más protector de lo normal, literalmente no se le quitaba de encima y para sorpresa de todos, ella no se había molestado en apartarlo.

Seguí mirando, mi familia estaba en otro lado, y por supuesto, un hombre apareció de la nada, sosteniendo un micrófono en una de sus manos.

—Buenas noches —habló, las personas se ubicaron para prestarle atención—. Quiero hacer una invitación especial para los novios. Su primer baile.

Las miradas recayeron en mí y la mía en Mack que encontré también buscándome. Al conectar nuestros ojos, su sonrisa se ensanchó con dulzura.

Me puse de pie, desabroché el único botón que cerraba mi chaleco elegante y me dispuse a llegar hacia ella. Le tendí una de mis manos

—¿Le gustaría bailar con su esposo, bella dama?

Rápidamente la aceptó

—Me encantaría —me respondió

Al ayudarla a levantarse, los aplausos llegaron hacia ambos. La guie hacia la pista, ubicándonos en el centro uno frente al otro. Su mirada estaba cargada de emoción, felicidad, amor. Y me ponía tan feliz saber que yo lo provocaba. Tanto, que mi corazón saltó eufórico en mi pecho.

Mi brazo buscó su cintura, atrayéndola a mí, uno de los suyos fue a mi cuello y sostuve su mano entre la mía. Juntos, comenzamos a movernos de lado a lado al ritmo de la suave melodía que se oía por los altavoces.

Ella aprovechó la cercanía

—¿Te había dicho que te ves muy sexy de traje? —susurró

Me hizo reír

—Aún no —le devolví el susurro—. ¿Pero yo te había dicho que eres la mujer más hermosa que haya visto en mi vida?

—Uhm... —fingió pensárselo—. Bueno ahora tendrás años y años y años y años y muuuuuuuchos años más para decírmelo. Cada día.

Invierno de colores✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora