🌹Ocho

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Treinta minutos habían pasado

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Treinta minutos habían pasado. Treinta jodidos minutos en los cuales TaeHyung se había comido la cabeza solo.

Había pensado huir mientras SeokJin estaba con ChaeYoung, y él iba a hacerlo, el problema fue qué cuando intentó escapar, había escuchado la voz de su mejor amigo entonar una de sus canciones favoritas que solía cantarle a sus hijos antes de que Seulgi enfermara de COVID.

Si bien TaeHyung había querido ser Idol en un pequeño lapso de su juventud, SeokJin tenía la voz dulce y le gustaba en ocasiones cantar con poco público alrededor. Era un hobbie al que el castaño apenas daba atención de forma sería, pero le encantaba hacerlo cuando podía y era dueño de la voz mas dulce que TaeHyung había escuchado jamas.

Y hacía ya un año y meses que no lo había oído cantar, pero esa dulce voz entonando esa canción favorita suya, había detenido sus pasos, estrujado su corazón y se había quedado escuchando mientras sentía que se enamoraba otro poco más de ese hombre.

No creía que fuera capaz de enamorarse más después de años, pero al parecer todavía podía sorprenderse y no es que doliera. Estaba acostumbrado a ese amor unilateral, pero ahora el nuevo quid de la cuestión era que minutos atrás ellos estuvieron a punto de cruzar un límite y TaeHyung se preguntaba ¿Qué tan consciente estaba SeokJin de eso?

Suspirando volvía al sofá y se quedaba allí, sentado, recargando sus codos en sus muslos con su cabeza gacha y sus ojos cerrados mientras su cuerpo continuaba en calma. Quería huir tanto como quería quedarse y saber que podría pasar luego.

Joder, era vergonzoso lo hambriento que estaba por SeokJin después de años, lo necesitado que estaba de lo que fuera que había sucedido antes entre ellos.

«Quizas sería bueno irme, caer en casa de Jang y solo follar estas ganas fuera de mi cuerpo»

—Creí que te habías ido —susurraba la voz de un SeokJin que estaba parado contra la pared de la habitación de Chae luego de cerrar la puerta de la niña.

TaeHyung lo miraba en la penumbra de la sala simplemente iluminada por la pantalla del plasma, SeokJin tenía el cabello solo un poco desordenado y habia abrochado la camisa de su pijama a la altura de su pecho. Los pantalones estaban allí, luciendo innecesarios sobre esas largas piernas. Sus clavículas y su pecho estaban allí luciendo tentadores, sus labios se veían rojos y brillantes.

—Estás mirándome —susurraba, sacando a TaeHyung de su ensoñación.

—Tengo ojos —decía el azabache con un sonrisa apenas visible en sus labios.

—Sí. Pero estás realmente mirándome —susurraba SeokJin, aún contra la pared.

Cómo si esta lo estuviera sosteniendo y de hecho algo así era, SeokJin se apoyaba sobre la pared para no perder el equilibrio por culpa de sus piernas. Estas temblaban ante la mirada que TaeHyung le estaba dando.

UNCONDITIONAL FRIEND - Jintae (Actualizando)Where stories live. Discover now