Lucifer, sufre por el abandono de su familia, lo que lo lleva a una profunda depresión y deseos de quitarse la vida.
Sin embargo, escucha un rumor sobre un hotel habitado por monstruos con una maldición propia. Con esperanzas renovadas, decide visi...
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Lucifer no supo cuánto tiempo pasó, pero finalmente abrió los ojos. Estaba acostado en una gran cama, bien arropado y sin sentir dolor alguno.
Observó a su alrededor, creyendo estar en su habitación, pero no lo era. ¿Dónde estaba?
Se levantó de la cama con la intención de explorar la gran habitación, pero justo en ese momento, alguien llamó a la puerta. Se volvió a acostar rápidamente, tapándose de pies a cabeza y fingiendo estar dormido.
Alastor entró en la habitación, cerrando la puerta tras de sí.
— Oye, sé que estás despierto. Levántate. — dijo, pero el bulto en la cama no se movió ni respondió. Alastor bufó y caminó hacia la cama, tirando de las cobijas y revelando al más pequeño. — Mi querida niña, Charlie, dice que bajes a desayunar.
El menor gruñó con enojo. ¿"Su qué"? Quería ahorcarlo, pero no podía. Lo mataría antes de lograrlo...
Odiaba ser tan débil.
— No. — dijo sin darle importancia. No quería bajar y no lo obligarían a hacerlo. — Vete y déjame dormir, que más al rato me iré otra vez... — lo último lo susurró, pero Alastor lo oyó perfectamente.
— Respecto a ese asunto... ¿cómo te lo digo? — fingió pensar mientras se sentaba en la cama, colocando una pierna sobre la otra. — No vas a salir de acá —sonrió mientras entrelazaba sus dedos sobre sus piernas. — Y te lo vuelvo a decir, baja a desayunar por las buenas o te arrastraré hasta la cocina. Tú decides, querido. — la estática comenzó a hacerse más fuerte, pero Lucifer no iba a retroceder.
— ¡Pues inténtalo! — le lanzó su almohada, la cual Alastor atrapó con facilidad. Se levantó velozmente de la cama y se dirigió hacia la puerta, pero estaba cerrada con llave. Forcejeó para abrirla, pero era inútil.
Maldijo en bajito. Estaba atrapado.
Su cuerpo se estremeció al escuchar la voz estática del Demonio de la Radiografía hacerse más fuerte.
— Mi linda Charlie me dio la orden de que te llevara por las buenas... pero va a ser a mi manera... — su voz se distorsionó mientras caminaba hacia él. Las sombras se alzaron en la pared, su cuerpo se agrandó ligeramente y su cuello se torció de manera anormal. — Vendrás conmigo.