Lucifer, sufre por el abandono de su familia, lo que lo lleva a una profunda depresión y deseos de quitarse la vida.
Sin embargo, escucha un rumor sobre un hotel habitado por monstruos con una maldición propia. Con esperanzas renovadas, decide visi...
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No hacía falta que se lo dijeran.
Él ya lo sabía, y la mirada del venado hacia él... esa mirada llena de rabia, se lo confirmó; lo decía todo y más.
— ¡L-Lo siento mucho, Charlotte! — gritó lo suficientemente alto para que escuchara sus disculpas.
Salió corriendo de la habitación. En su rostro se reflejaba una gran desesperación; quería salir de ese lugar y dejar de atormentar a su pobre e inocente hija.
Todo había estado bien hasta que llegó y la encontró. Por querer estar con ella nuevamente, le pasó esto.
Era un terrible padre, solo pensando en sí mismo; un completo imbécil e insensible. Ahora entendía por qué Lilith lo había abandonado.
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Habían pasado unos días desde el catastrófico momento, y en el hotel se palpaba una gran tensión. Desde que Charlie se desmayó y no había despertado, Alastor siempre miraba mal al padre biológico de Charlie.
Cuando este último había salido, Alastor dejó a la niña en la cama y salió al jardín, donde encontró a Lucifer. Le recriminó, incluso le gritó, sin importarle que el otro estuviera llorando. Le dijo que si iba a revelar la verdad sobre la vida original de Charlie, lo hiciera poco a poco, o pasarían cosas como esta, y que no quería que su niña volviera a sufrir otra vez.
