Parte Única.

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Había visto a Malleus tan solo una vez en su vida…solo en su única salida desde que entró a tan prestigioso colegio religioso.

Cuando ingresó debido a sus altas calificaciones, no había vuelto a ver el exterior, todo se reducía a los jardines y las paredes altas que le negaban la visión, de otra cosa que no fuese el cielo.

Pero había logrado ir de visita a Night Raven College debido a un concurso de escritura. Y fue ahí donde lo vió.

Su respiración le faltó al ver sus brillantes ojos verdes y porte de más elegante. Y cuando sus miradas se conectaron, Rollo rápidamente se cubrió con su confiable pañuelo.

“Repulsivo”, pensó, apretando los dientes.

Durante el evento, se evitó todo contacto…pero Malleus era tan…magnético.

Tal vez fue su mirada o su escasa conversación, pero cuando Rollo se dió cuenta, estaba paseando con él por los jardines. Sus pequeñas risas furtivas, lo hacían mirarlo con el entrecejo fruncido.

“¿Se burla de mí?”, se preguntaba.

Rollo tuvo que cubrirse nuevamente con el pañuelo, en el momento de la despedida, cuando Malleus plantó un beso en su mano.

—Suéltame. –le ordenó al alejarse de forma brusca.

—No buscaba incomodarlo. –respondió con una ligera sonrisa.

—...claro. –se dió media vuelta, subiendo al carruaje que lo llevaría de vuelta a Noble Bell College.

—Creo que casi olvidas esto. –Rollo se giró, mirando su dulce pañuelo en las manos ajenas. Lo arrebató. Malleus rió—. De nada.

Flame apretó los dientes y nuevamente le dió la espalda.

Pero ahora, de vuelta a su aislada habitación, y con el sobre que contenía su victoria o derrota, se preguntaba cuándo volvería a salir. Cuando volvería a ver a aquel molesto azabache.

“Rollo Flame, segundo lugar”.

Arrugó la hoja con molestia, ya se imaginaba quién demonios era el ganador. Aquel con extenso vocabulario, con movimientos elegantes y, ¡Por supuesto!

—¡Lo eligieron porque es estudiante de esa maldita escuela! –gritó, pateando su escritorio—. ¡No tiene una idea de como es…!, ¡Agh, que se pueda en el infierno! –exclamó al romper la carta.

Agotado, se dejó caer en su silla, el sol apenas y entraba por la pequeña abertura entre las cortinas.

Malleus Draconia. –mencionó con claro odio. La imagen del mencionado apareció en su mente y suspiró.

Sacó con lentitud su pañuelo, aspirando el suave aroma de Malleus en él.

—Malleus…Draconia… –volvió a mencionar.

Cerró los ojos, inhalando profundamente.

De pronto, lo imaginó.

Las grandes manos del mayor acariciando su torso y Rollo se arqueó al sentirlo acariciando su pecho.

Entreabrió los labios, dejando escapar un pequeño gemido. Su mano se deslizó traviesamente por su torso, llegando a meterse debajo de sus ropas.

Inhaló nuevamente aquel exquisito y tenue aroma, al mismo tiempo que su mano envolvía su propia masculinidad, comenzando un lento vaivén.

Pronto el pañuelo cayó al suelo, ya que su mano libre se aventuró a su virginal entrada, comenzando a dilatarse.

—Malleus… –repitió.

Las imágenes de cada mirada suya, el sonido de sus risas…su caballerosidad.

Mordió su uniforme cuando sus gemidos aumentaron de volumen.

Se imaginaba cómo sería si Malleus lo tomaba con fuerza contra su escritorio, sobre la cama, frente a la ventana. Lo quería por completo.

Cuando llegó al orgasmo, se tomó un momento…su respiración poco a poco volvía a la normalidad.

Malleus era una tentación tan exquisita.

Quería hacer realidad cada maldita fantasía con él.

Y entonces, esa noche, tomó una pequeña capa y salió a escondidas de su religioso colegio.

Le daría sus felicitaciones al ganador.

tentación ━━━━ mallerolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora