A los 35 años, Lisa Manobal no ha alcanzado el éxito que todos preveían cuando en el instituto era la estrella del equipo de baloncesto y la más popular. Después de 18 años vendiendo productos farmacéuticos, no ha conseguido ascender en el trabajo...
Ese día era especial, era la final del campeonato escolar de baloncesto. El instituto recibía la visita del contrincante y definirían finalmente al ganador. Lisa estaba muy ansiosa, sabía que entre las gradas de la cancha de baloncesto, estarían entrenadores y directores técnicos que están en búsqueda de su nueva estrella, y sabe perfectamente, que irían a verla especialmente a ella. Con tan solo diecisiete años, era todo una prodigio.
Quería estar lista, no equivocarse, así que estaba en la cancha practicando mientras el resto de sus compañeros llegaban. Iban a tomarse la foto grupal representando al equipo de baloncesto de ese año.
Tenía puesto ya su uniforme y lanzaba los balones desde la mitad de la cancha, anotando cada uno de ellos como si fuera lo más fácil. Solo faltaban horas para poder saber cuál sería su futuro después de terminar la escuela, sabía que algo grande la esperaba, un futuro brillante en el baloncesto.
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_Guarda algo para el partido, Manobal - su entrenador ingresaba.
_Solo estoy calentando - respondió Lisa, sonriendo jadeante y sudorosa.
_Hablé con el reclutador - se detuvo frente a ella - vendrá esta noche a verte jugar. Con que juegues a la mitad de tu capacidad, te ofrecerá una beca completa. Universidad gratis y una estrella en el baloncesto. El mundo será tuyo.
_¿Lo dice en serio? - sonreía emocionada, su entrenador asintió - gracias, entrenador.
_Bueno, inútiles - levantó la voz al ver llegar a todo su equipo - juntense, es hora de la foto. Traten de no romper la cámara.
_Espere - pronunció Lisa - aún falta Jisoo.
_¿Y qué? Es el aguador - respondió su compañero - ¿A quién demonios le importa? Solo nos trae el agua.
_No importa, es parte del equipo - Lisa esperaba sosteniendo el balón.
_¡Perdón por llegar tarde! ¡Perdón! - una pequeña Jisoo de diez años ingresaba corriendo quitándose su disfraz de Hello Kitty. Su enredo fue tanto, que cayó fuertemente de cara al suelo, provocando la risa de sus compañeros y un suspiro de Lisa - perdón...- se ponía de pie, tratando de alcanzar el cierre en su espalda - estaba en una feria y me dejó el bus.
_Miren a la idiota - su compañero reía - ¿No dejaron subir animales al bus? - rieron - ¿Gatita?
_No eso, solo que-
_Jisoo, Jisoo, para - Lisa se acercó a ella - yo soy tu mejor amiga y siempre te voy a proteger - la ayudaba a quitarse el disfraz - pero no puedo hacer mucho si llegas con un disfraz de gato con vestido rosa y una cabeza gigante.
