chosen and lost

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And I lost you
The one I was dancin' with
In New York, no shoes
Looked up at the sky and it was maroon.

Cinco minutos, apenas cinco minutos habían pasado mientras buscaban a Arisu por las habitaciones del complejo. Asahi estaba con ellas, colaborando en la búsqueda mientras escapaban de los militares, quienes seguramente se regocijarían al arrojarlas vivas al fuego.

Usagi había relatado todo lo ocurrido desde que comenzó el discurso en el vestíbulo: cómo Chishiya los había abandonado a su suerte en manos de Aguni, la golpiza que Niragi le propinó a Arisu y la forma en que los separaron. Ella había acabado en manos de Niragi y estaba claramente afectada, pues no contó mucho de lo sucedido.

Sus recuerdos de unos minutos antes se aclararon y entonces entendió por qué estaba tan molesta cuando la encontró inicialmente.

Continuaron recorriendo los pasillos con pasos rápidos y alerta. Los gritos y disparos resonaban por todo el edificio, un recordatorio de que la muerte los acechaba a cada paso. Todos llamaban a Arisu, y en el camino se toparon con Tatta y un chico desconocido para ella. Tanto ella como Usagi gritaban y se acercaban a las puertas para escuchar dentro, buscando cualquier señal de vida que pudiera serles útil.

Lejos de allí, Chishiya avanzaba a paso apresurado junto a Kuina. Ella aseguraba nunca haberlo visto tan alterado; aunque no era muy evidente, algo en su expresión había cambiado, ya no era la misma mirada despreocupada y arrogante de siempre.

Se detuvieron frente a la sala de vigilancia, donde un montón de cámaras se erguían ante ellos. Él las examinó una por una hasta encontrar lo que buscaba: Suzuki Mei.

Debería haberlo imaginado, ¿qué otra cosa podría importarle?

Inhaló aliviado al ver a la chica a través de uno de los monitores. Maldijo por dentro al verla con Usagi; si estaba con ella, entonces ya debía saber lo ocurrido. Originalmente, su plan era decirle que habían muerto, que no lograron escapar y, conociendo a los militares, no tardarían en matarlos. Así se liberaría del peso de esos dos y no tendría que preocuparse por decepcionar a Mei de alguna manera. Claro, no había previsto verse envuelto en un juego de corazones en la playa.

⸻ Está viva ⸻ dijo, después de todo, su alivio al verla respirando era más fuerte.

Dejando de lado esa distracción, pudo finalmente concentrarse en el juego, una cacería de brujas, al parecer. Aún así su mirada se fijó en cada monitor que mostraba la imagen de la castaña hasta que la perdió de vista cuando el grupo que la acompañaba entró a una habitación perseguidos por otros dos hombres que reconoció como militares. Dejó de respirar por un instante, hasta que más tarde la vio salir por la puerta contigua junto a Arisu.

Con una preocupación menos, se movió fuera de allí, dejando a Kuina atrás. Todavía tenía un par de asuntos pendientes.

 Todavía tenía un par de asuntos pendientes

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𝗦𝗵𝗮𝗺𝗲𝗹𝗲𝘀𝘀, 𝗖𝗵𝗶𝘀𝗵𝗶𝘆𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora