'Cause you always make me blue

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Si tuviera que describir como se sentía ahora, la palabra concreta sería adolorido.

Y no, no lo confundan con dolor físico. Se trataba de dolor emocional. Aunque bueno, el físico también. Su mejilla ardía fuertemente.

¿Qué era lo que había pasado?

¿Qué había hecho mal?

Tal vez querer estar con alguien cuando aún estaba comprometido. Tal vez el haber querido ir más allá de lo que se había establecido. Tal vez cagar todo el progreso que había tenido hasta ahora y quedarse con mal sabor de boca, de nuevo.

Lucifer era consciente de lo que hacía. Su matrimonio había decaído, su esposa ya no lo trataba como antes, no le daba las atenciones ni el amor que necesitaba. Y él, tan desesperado, quiso sentir de nuevo aunque sea una pizca de cariño.

Alastor era amigo de su querida Charlie. Lo conoció en una de las fiestas de cumpleaños de su hija y desde ese momento la química había surgido. Todo había salido tan bien. Su amorío inició una noche en la que el trigueño había ido a visitar a su amiga pero terminó por centrarse en él, que esa misma noche había tenido una fuerte discusión con Lilith y esta le pidió tiempo para distanciarse, pensar mejor las cosas. Y con eso se marchó de la casa, llevándose gran parte de sus pertenencias.

El chico lo había visto llorar hasta el cansancio, repitiendo que todo había sido su culpa, que todo había acabado así porque era un mal esposo y un mal padre. Alastor lo había consolado, desmintiendo todo aquello que decía como una verdad. Y solo sucedió. Había tomado el rostro del castaño entre sus manos y le plantó un torpe beso que desataría un shock en el de lentes, que tiempo después continuó el acto al ceder.

Si bien había sido inesperado y su relación se había basado en ser conocidos, las emociones fluyeron como la corriente de un arroyo que hacía años no recorría el seco corazón del Morningstar. Alastor se volvió pronto el centro de su atención, su amor.

Lo mimó con cariños y abrazos, siempre respetando los límites que el joven tenía a la hora del contacto físico. Habían estado saliendo por meses, casi años, de no ser porque bueno...

Lidiar con un hombre casado aún enamorado de su esposa no era fácil en lo absoluto. Porque si, a pesar del tiempo, de las experiencias vividas y el amor que se tenían, Lucifer siempre tendría un lugar en su corazón para Lilith. Aunque lo estuviera mirando, Alastor sabía que su corazón no se aceleraba de la misma manera como cuando se trataba de ella.

Hasta el momento había estado conforme con eso porque él tampoco sintió algo genuino por el rubio, más allá de verlo como un beneficio, alguien como Morningstar, un empresario adinerado y de buen ver era una notoria ventaja. O eso fue en un principio. Antes de encariñarse con aquel hombre tan carismático y servicial que pese a sus imperfecciones lo había conquistado. Pese a las constantes discusiones que salían cada que el nombre de Lilith salía de los labios del Morningstar, lo amaba.

Siempre le recordaba que pronto dejaría a su esposa y estaría con él, que solo tenía tiempo, palabras y amor para él.

Y lo creyó.

Realmente lo creyó.

Aunque hacerse ilusiones tan rápido definitivamente no fue lo más inteligente que pudo haber hecho.

Hoy en la noche, cuando estaban en la habitación del mayor en medio de una acalorada sesión de besos a causa del vino previamente ingerido por Lucifer, este trató de hacer algo que a Alastor definitivamente no le gustó. Toqueteó su cuerpo con un descaro tan desvergonzado que le generó rechazo inmediato. Se separó del beso como pudo y le pidió amablemente que se detuviera, sin embargo, el rubio no lo escuchaba al estar sumergido en su propio calor, creyendo que lo decía de broma, continuó con sus caricias solo para molestarlo.

𝗜'𝗠 𝗡𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗞𝗜𝗡𝗚 𝗢𝗨𝗧 𝗪𝗜𝗧𝗛 𝗬𝗢𝗨Where stories live. Discover now