Brisa marina se dispersa en el aire congelado, mi respiración entrecortada, me tiemblan las manos y es díficil no reír al ver sus ojos somnolientos en la oscuridad.
- Aki, tienes sueño?
Preguntó besando sus tiernos labios, lo mira dudoso, pero entiende al instante que el mayor necesita un abrazo.
- Si amor, es tan obvio?
Risueño esconde su rostro en el cuello del rubio, lo cubre con la delgada tela azul que protege su cuerpo del frío.
- Eres tan lindo~
Denji admira en silencio el rostro adormilado del pelinegro.
- Por qué me miras tanto?
Sus ojos aún cerrados mientras los labios se congelan al tacto húmedo de los ajenos.
- Porque te amo.
Abre los ojos en sorpresa, se iluminan de manera inexplicable y trata de mantener la postura frente a tal confesión.
- Me amas?
Sonríe juguetón, no quiere aceptarlo, pero estuvo esperando tanto por esas simples palabras. Puede significar poco para muchos, más no para él que conoce con el alma a su amado.
- No lo repetiré.
Amenaza desviando la mirada avergonzado, su rostro arde.
- Lo sé, cariño. Yo también te amo.
Besa el anillo en su dedo anular, un hermoso cristal se ilumina a la luz de la luna.
Contiene las lágrimas, se abraza a la tela azul que tiene impregnado su aroma.
- Llévame contigo cariño.
