El aire en la comisaría era denso y húmedo, cargado de una tensión palpable que se aferraba a la piel.
La habitación de interrogatorio, un espacio gris y sombrío, parecía absorber la luz blanca de un foco que colgaba del techo, creando sombras inquietantes en las paredes. Un enorme cristal oscuro permitía que otros observaran desde fuera, como si Lisabeth fuera un pez en una pecera, expuesta a miradas curiosas y juiciosas. La sensación de estar atrapada la envolvía, intensificando su angustia.
Andrea Lisabeth Gisselle Aufstehen Gardenia, conocida simplemente como Lisabeth, se encontraba sentada en una silla de metal, sus manos vendadas descansando sobre la mesa. La luz fría iluminaba su rostro, donde se mezclaban el enojo y la tristeza. Tenía dieciséis años, pero la carga de la vida parecía pesarle como si tuviera décadas.
La puerta se abrió de golpe, y un policía joven , con una expresión seria pero intentando ser amable, entró.
-Buenos días, señorita Gardenia- dijo Shaun, su voz impregnada de empatía y profesionalismo.
-¿Cómo se siente?- preguntó.
A sus veintiocho años, se refería a ella de manera formal, como si su título de princesa fuera una verdad innegable, aunque a Lisabeth no le gustaba en absoluto.
-¿Cómo debería sentirme?- respondió Lisabeth, con un tono mordaz.
-Me están culpando de la muerte de mi mejor amiga, cuando yo estaba muriendo en el hospital.
Shaun hizo una pausa, sintiendo el peso de sus palabras.
-Lo siento mucho. Aquí tiene- dijo, ofreciéndole un pañuelo.
Al tomarlo, él notó las vendas en sus dedos y la sangre que se asomaba por debajo de las uñas. Lisabeth no tenía uñas, y eso perturbó a Shaun. Sin embargo, al mirar los ojos grises de Lisabeth, llenos de lágrimas, sintió que su percepción de ella cambiaba. La belleza de su tristeza lo conmovió profundamente.
-Nadie se atrevería a culparle. Es más que inocente, es un ángel- dijo, intentando consolarla, sintiendo una necesidad imperiosa de protegerla.
-Hay alguien que no piensa así- respondió Lisabeth, su voz temblando, cargada de dolor. Shaun asintió, comprendiendo que había más en la historia de lo que parecía.
-Después de esto, puede irse. Esa persona no le molestará más - prometió Shaun, mientras se sentaba frente a ella.
-Digame, ¿Cómo conoció a Christina?"
-En el instituto- respondió Lisabeth, su mirada perdida en recuerdos-Ella me ayudó cuando sufrí uno de los ataques de mi enfermedad.
-¿Qué lugares solían frecuentar?- preguntó Shaun, tomando notas.
-Solo en el instituto. Pero a ella le encantaba explorar-dijo Lisabeth, una pequeña sonrisa asomando en su rostro- La cueva de slime, por ejemplo. Christy quería ser la siguiente Harold J. Walker.
La reacción de Shaun fue instantánea; su rostro se iluminó con sorpresa.
-¿Harold J. Walker? ¿El científico?- preguntó, intrigado.
-Sí, ella admiraba la valentía de Walker- explicó Lisabeth, comprendiendo la reacción de Shaun -Yo también lo hice en su momento.
-¿Christina,tenían otras amistades?- continuó Shaun, cambiando de tema.
-Todos los below eran amigos de Christy, o eso creo,ella tenía límites. Nunca se acercaba a alguien que no los tuviera- dijo Lisabeth, recordando a sus compañeros.
Shaun hizo una pausa antes de decir:
-Encontramos el diario privado de la señorita Moon. En el dice que usted eres la persona más cercana a ella, no solo en amistad, sino también en cuerpo." Miró a Lisabeth, buscando su reacción.
-Disculpe- dijo Lisabeth, confundida- Solo nos abrazábamos y nos tomábamos del brazo, como cualquier par de amigas.
-¿Qué hacían las veces que Christina pasaba la tarde en su casa?- preguntó Shaun, su tono volviéndose más serio.
-Estudiábamos juntas, jugábamos juegos de mesa, y competíamos por ver quién tenía más premios de primer lugar- dijo, su voz llena de nostalgia.
-¿Y cómo reaccionó tu familia al hacerse amiga de Christy?- preguntó Shaun, con curiosidad.
-A mi nana le caía bien. Le gustaba que fuera mi compañía. Y a mi padre le parecía una excelente persona a seguir por su buena educación- respondió Lisabeth, sonriendo levemente al recordar.
-¿Cuál fue la última vez que viste a Christy?- preguntó Shaun, su voz suave.
Lisabeth se quedó en silencio, pensando.
-Fue en el instituto. Horas después, fui hospitalizada. Cuando volví a saber de Christy, ya estaba desaparecida. Poco después, la encontraron muerta- Su voz se quebró al pronunciar esas palabras, y una profunda tristeza la envolvió.
De repente, un grito desgarrador interrumpió la conversación.
-¡Lisabeth mató a mi hermana!- La voz de Jonathan resonó en la sala, llena de locura y rabia.
Sus ojos, desorbitados, reflejaban una desesperación incontrolable. Se había convertido en una sombra de sí mismo, un hombre consumido por el dolor y la venganza.
"¡Jonathan, no!" gritó Shaun, intentando razonar con él, pero su amigo no escuchaba. "Esto no es la solución. Déjala en paz."
"¡Traidor!" le gritó Jonathan, con una furia que hacía eco en las paredes grises. "Tú, que eras mi mejor amigo, ¿ahora defiendes a esta monstruo?"
"Jonathan, piensa en lo que estás diciendo. Esto no te llevará a ninguna parte," insistió Shaun, su voz llena de preocupación.
"¡Deja en paz a esa niña, Jonathan!" intervino el Jefe D., su autoridad resonando en la habitación. Pero Jonathan, en su locura, no hizo caso. La rabia lo consumía, y se acercó más a Lisabeth, sosteniendo una navaja con manos temblorosas.
"¡Ahora, o tendré que dispararte!" gritó el Jefe D., su voz firme y decidida. La tensión en el aire era palpable, y Lisabeth sintió cómo su corazón latía desbocado, atrapada entre el caos y el peligro.
En ese instante, Erick, el guardaespaldas de Lisabeth, apareció en la escena. Se lanzó sobre Jonathan, despojándolo de su navaja y liberando a Lisabeth. "¡Erick!" gritó su nana, mientras él inmovilizaba a Jonathan, quien fue esposado por Rose. Johan mordió a Rose en un ataque de desesperación, y los demás policías no tuvieron más remedio que golpearlo para controlarlo.
Lisabeth se escondió en el pecho de su nana, quien la sacó a toda prisa de la comisaría. Mientras Jonathan era llevado tras las rejas, Erick habló con el Jefe D. "Más te vale tener cuidado con Jonathan, o tendré que hablar con el Señor Gardenia," advirtió, su voz grave.
El Jefe D. sintió la amenaza en el aire. Erick miró a su alrededor; la gente que había presenciado el escándalo estaba asustada, paralizada. Shaun curaba la herida de Rose, mientras otros policías se recuperaban de los golpes.
"Llévenlos a la Darkness," ordenó el Jefe D., captando la indirecta.
Erick salió de la comisaría y entró al auto. "¿Cómo te fue?" preguntó su nana, preocupada.
"Mal. La incompetencia de la policía es asombrosa," respondió Erick, su rostro reflejando molestia.
"Recuerda que no son como nosotros, son débiles," le recordó su nana.
"Son inferiores," replicó Erick, con una mirada indiferente. Luego, con calma, preguntó a Lisabeth: "¿A dónde quieres ir a comer?"
"Quiero volver a casa," dijo Lisabeth, sintiéndose agotada.
El capítulo terminó con Lisabeth mirando cómo la gente que había presenciado todo era subida a una camioneta, sintiendo que el peso de la situación apenas comenzaba a desvanecerse.
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Espero que esta versión cumpla con tus expectativas. Si necesitas más cambios o ajustes, no dudes en decírmelo.
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Christy-0016
RandomLisabeth Aufstehen se encuentra en una tovellino de tristeza y dolor. Todo cambia cuando conoce a una chica que le parece simpática e inteligente.A medida que su amistad se profundiza, Lisabeth comienza a ser feliz de nuevo. Todo mientras misterios...